TITULO: Operación Mercurio (“Unternehmen
Merkur”), 76 años después.
AUTOR: Juan Carlos López Corbalán (*)
RESUMEN: Se cumplen 76 años del Asalto
aerotransportado a Creta, batalla que duró del 20 de mayo al 1 de junio de
1941.
JUSTIFICACION DEL TRABAJO:
Al releer las diferentes versiones
(mayoritariamente todos autores anglosajones, dos griegos y ningún alemán),
observamos discrepancias en detalles concretos como éste:
En la primera batalla naval de Creta, la
noche del 21 de mayo se enfrentaron tres cruceros de batalla ingleses contra
una flotilla de caiques. Habían salido del Pireo y sólo llevaban de escolta al
destructor “Lupo” de escasamente 679
toneladas y comandado por el comandante Mimbelli. Un historiador tan prestigioso como Beevor lo “hunde” en el combate (18):
“Los cruceros viraron inmediatamente a estribor (…), el Dido logró dos dianas y, finalmente, el Ajax lo hizo explotar con una andanada a bocajarro” (18).
Thomas (19) por el contrario indica que la
valerosa acción del Lupo entorpeció a
los tres cruceros de batalla, y deja en evidencia a Beevor, puesto que dice
(página 143 de su obra) que “the damaged Lupo…., with many dead and injured
aboard, avoided destruction and made
good her escape” (19), por lo que el
bravo destructor italiano no sólo no se
hundió, sino que ayudó a recoger náufragos.
Si un historiador tan prestigioso como Beevor
mete un pequeño gazapo en un tema intrascendente. ¿Qué no sucederá en otros
aspectos de la batalla poco o nada conocidos?
Como decía el policía birmano Eric Blair, más
conocido por su pseudónimo literario de George Orwell:
“Si quien controla el pasado, controla el
futuro, Quien controla el presente, controla el pasado.”
¿Quién
dice la Verdad Histórica? Juzguen Uds.
RESUMEN
Se cumplen los 76 años de la “Operación
Mercurio”, el asalto aerotransportado a Creta (20 de mayo -1 de junio de 1941).
En los primeros meses de la Segunda Guerra
Mundial, Hitler conquistó la mayor parte de Europa en 1939-1941. La isla de
Creta, en el Mediterráneo se convirtió en pieza estratégica para futuras
operaciones en el Mar Mediterráneo, tanto para el Eje, como para los Aliados.
Creta fue victoria pírrica alemana poco capitalizada
en términos estratégicos, porque Hitler ya tenía preparada la invasión de
Rusia. La batalla de Creta fue muy dura y la victoria alemana fue a costa de
diezmar a la VII División Paracaidista (Fallschirmjäger) y en especial a la
élite de la misma, el llamado “Sturm Regiment” (se caracterizaba por tener 4
batallones, con 600 hombres en cada batallón, a diferencia de otros Regimientos
que tenían 3 batallones con 550 hombres. Por lo tanto el Sturm Regiment o
Regimiento de asalto tenía200 soldados más; eso no impidió, que tuvieron bajas espectacularmente
altas, (más del 50 %) especialmente el primer día de combate. Algunas compañías
tuvieron más de un 80 % de bajas.
La Fuerza Aérea Alemana fue la que diseñó la
operación. El General Lohr CINC de la IV Flota (luego ahorcado en 1947 por haber
bombardeado Belgrado) quería concentrar
el ataque (Schwerpunkt) buscando el punto de ruptura de las defensas
enemigas y el factor sorpresa. No hubo ni lo uno, ni lo otro; mientras que el
general Kurt Student (condenado luego a 5 años) era partidario de diversificar el ataque a tres puntos
diferentes. Finalmente Göering tomó una decisión intermedia y de compromiso.
El abandono de la teoría del “Schwerpunkt”, o
ataque concentrado en un solo punto, fue un error de diseño de Student: la
dispersión de fuerzas sobre tres objetivos diferentes y distantes entre sí (aeródromos
de Maléme, Zona La Canea-Valle prisión- Suda, aeródromo de Rethimno y Aeródromo
de Heraklion). Si a eso le unimos la falta de coordinación entre los ataques
aéreos previos (hubo dos horas de latencia entre el bombardeo previo y el lanzamiento
de paracaidistas), pues podremos entender el porqué de tantas bajas entre los
paracaidistas alemanes. .
Los irregulares cretenses (mujeres y ancianos
incluidos), lucharon bravamente, con palos, porras, cuchillos, viejos fusiles
máuser de las guerras otomanas, y con
las armas tomadas a los alemanes muertos o heridos.
“Merkur” fue la última vez que los paracaidistas
alemanes saltaron. Las muchas bajas causadas a la VII División Fallschirmjäger hicieron
que nunca más interviniese como tal en el resto de la Segunda Guerra Mundial, tan
sólo como infantería normal, combatiendo a gran nivel en diversos escenarios (Stalingrado,
Montecassino).
Palabras clave español: Creta, asalto,
aerotransportado, paracaidistas, segunda, guerra, mundial.
Abstracts
As Adolf Hitler conquered most of the European
continent in 1939-1941, the small island of Crete in the Mediterranean Sea
became vital to future operations in the Mediterranean region for both the Axis
and Allied powers.
Hitler did not capitalize on the pirric victory in
Crete by using the island as a stepping-stone, ultimately controlling the
eastern Mediterranean region because he was hypnotized by the invasion of Russia.
76th anniversary of the airborne Assault on Crete, a
battle that lasted from May 20 to June 1, 1941.
The German Pyrrhic victory consists of tithing the VII
Parachutist Division (Fallschirmjäger) and especially the the so-called
"Sturm Regiment" or assault regiment, which had dramatically high
casualties, especially the first day of combat.
The operation was in charge of the Luftflotte in
charge of the General Lohr and the design of the same, with three attacks to
the aerodromes of the island, was designed by General Student.
The abandonment of the "Schwerpunkt" theory
or concentrated attack in a single point was a design error of the General
Student: the dispersion of forces on three different and distant targets
(aerodromes of Maléme, Zone Chania-Valley prison- Suda, Rehtimno Airfield and
Heraklion Airfield), coupled with the lack of coordination between the previous
air strikes and, above all, the Allies' prior knowledge of the attack
eliminated the surprise factor.
The cryptanalysts of Bletchley Park had broken the
keys to the Enigma machine and knew "Mercury Operation" in advance.
On the contrary, the German Intelligence (Abwehr) underestimated the allied
forces giving by good the number of 5000 soldiers, when the number was eight
times greater.
In spite of the bad omens and the dispersion of forces
in three different non-coordinated attacks, the capture of Maleme aerodrome by
a poor coordination in the chain of allied command allowed that the morning of
the 21 of May, landed the 5 division Of mountain hunters, commanded by General
Ridel, who was decisive factor for the taking of the Island by the Axis.
German casualties, over 80% on the first day of
battle, were mainly due to the descent process. Bypassing the elemental rules
of the war, three battalions were practically exterminated before falling to
land, even though they jumped to 90- 120-150 meters in height those 20-45
seconds of descent were decisive to exterminate to three battalions to throw
all the metal to them of the well camouflaged positions of the 5 New Zealand
Brigade (Maleme), Australian Regiment (Rethymno) and allied troops in
Heraklion.
Cretan irregular forces played a key role in the
fierce defense, resulting in cases of mutilation and murder of inert prisoners
(hanging from trees). This gave rise to a series of punitive measures of the
Germans on the civil population a posteriori, being estimated in 1035 the
executed ones.
German
casualties in Operation Mercury exceeded all Wehrmacht casualties in the
previous 21 months (campaigns in France, the Netherlands, Norway, Poland,
Yugoslavia) and the Fallschrimjäger were never used
again in attacks, and were only performed As units of infantry
(Montecassino, Stalingrad, Normandy).
Key words. Crete, airborne, assault, World, War, Two,
TITULO: Asalto aerotransportado a Creta (“Unternehmen
Merkur”): 76 años después.
Por Juan Carlos López Corbalán
INTRODUCCIÓN
El pasado 20 de mayo se cumplieron 76 años
del ataque aerotransportado a Creta (“Unternehmen
Merkur”), la mayor operación aerotransportada de la historia. Hasta ése
momento nunca se había conquistado una isla sin desembarco anfibio.
“Merkur” era una decisión fundamentalmente de
Göering y Jeschinek para no perder protagonismo, aunque parece ser (1) que
Hitler no estaba especialmente interesado en los Balcanes como teatro de
operaciones, salvo para asegurar los flancos ante el inminente ataque a Rusia
que tenía preparado con mucha antelación.
Los paracaidistas alemanes habían saltado un
año antes en Bélgica y Schiphol, en Holanda. Sin oposición, con pocas bajas. La
fortaleza de Eben Emael, que se consideraba inexpugnable, la reventaron en
cinco horas los hombres del capitán Witzig.
Esta vez iba a ser diferente. Les estaban
esperando. No iba a ser un salto fácil como en Corinto, un mes antes. Ahora los
paracaidistas alemanes iban a sufrir muchísimo.
“Merkur” fue un casi fracaso. ¿Por qué? Pues
porque no hubo factor sorpresa. Los aliados tenían ULTRA. Habían descifrado sus
sistemas de encriptación y la Máquina Enigma. Todas las órdenes y planes de
batalla las conocían por adelantado.
Fig.1 : La máquina Enigma de encriptación usada por la Wehrmacht desde 1923.
Los aliados habían descifrado las claves
secretas alemanas por el buen hacer de los criptoanalistas de Bletchey Park,
con el matemático Allan Turing al frente. Sabido es que ése científico usó unas
máquinas llamadas “Colossus” y “Bomber”
para descifrar, la máquina de claves alemana Enigma. Parte del mérito habría también que ponerlo en el haber de los servicios
secretos polacos que ya habían estudiado
a fondo el sistema de encriptado alemán y entregaron a los británicos tres
ejemplares de “Enigma” después de ser
invadidos. Las Enigma de la OKW
tenían tres cilindros de cinco intercambiables, mientras que las Enigma de la Kriegsmarine eran unas máquinas más perfecionada con cinco rotores
de siete posibles, que se intercambiaban según unas pautas y manuales.
Hubo además un golpe de suerte; de un
submarino alemán a punto de hundirse fue abordado y los británicos lograron
rescatar el manual de claves de enigma
y los códigos de los 2 meses siguientes.
Por el contrario la Abwehr de Canaris, la Inteligencia
alemana fue un desastre. Pensaban que la población civil iba a permanecer
anfótera, neutral o poco combativa. Los vuelos de reconocimiento no detectaron
las bien camufladas posiciones enemigas y los alemanes esperaban una guarnición
de 5000 hombres como mucho, cuando había 8 veces esa cantidad, más 18 tanques
ligeros y 4 tanques “modelo I”, 14 bofors, 34 cañones antiaéreos y baterías
navales. A eso le sumamos que los cretenses estuvieron muy motivados,
defendieron su terruño de forma enfurecida, clamando por la llegada de la
Quinta División Cretense (que estaba en Albania, luchando). Un latiguillo que
se repitió los tres años siguientes de ocupación alemana entre los cretenses
era “si la Quinta División hubiera estado aquí, esto no nos habría pasado”.
Los 11.786 soldados griegos estacionados en
Creta estaban muy altos de moral, aunque sólo tenían viejos fusiles máuser de
guerras contra el turco, y escasa munición. Según la bibliografía consultada
los batallones griegos tenían entre 5 y 30 balas por fusil. Por el contrario
los alemanes tenían un mejor equipamiento con mayor potencia de fuego con las ametralladoras
Schmeisser.
A la guarnición original de los aliados en
Creta (unos 5000 hombres), se añadieron las tropas que habían sido evacuadas de
Grecia continental desde El Pireo, Kalamata, Momemvasia, Eleusis, evacuados a
malas por la Royal Navy, habían tenido que dejar mucho del equipamiento pesado
atrás en su precipitada huida del Peloponeso.
Gran parte de la victoria alemana en Creta se
debió a la superioridad aérea absoluta que los alemanes tuvieron durante toda
la batalla. Los pocos aviones ingleses que había fueron retirados un día antes
y la presencia de la RAF fue testimonial durante toda la batalla. El comandante de la Fuerza aérea alemana era Wólfram Von Richthofen, primo del famoso " Barón Rojo".
Fig. 2 Von Richthofen (Foto Bunderarchiv Koblenz).
Richthofen disponía de más de 1300 aviones. A
saber: entre 500 y 600 transportes Ju- 52, lentos, pero efectivos aviones de transporte,
100 planeadores capaces de transportar cada uno a 10 hombres y su equipo, tenía
dos escuadrillas de 150 stukas (Ju 87
Sturzkämpfflieger), una escuadrilla
de 90 cazas monomotores Messerchmidt
109, y otra de 90 cazas bimotores Messerchmidt
110; igualmente 300 caza bombarderos Ju
88, y Heinkel 111. Y, finalmente,
40 aparatos de reconocimiento del tipo Storch
Fieseler.
El papel que jugó la completa superioridad
aérea alemana en la batalla es muy importante. Consiguieron que, de las 30.000
toneladas de material enviado por vía marítima, sólo 2700 toneladas llegasen a
Creta.
Los soldados aliados se referían a la
aviación alemana con sordina (“here
comes Jerry”); era la jerga que anunciaba los continuos ataques alemanes que favorecería
errores en las decisiones de los aliados a base de interferir las órdenes y la
toma de decisiones. Durante el día los soldados aliados estaban la mayor parte
del tiempo en las trincheras (7), sin apenas poder moverse.
La RAF prácticamente no existió en Creta.
Sólo había una decena de aviones que fueron retirados para evitar su
destrucción, horas antes, el día 19 de mayo. En mitad de la batalla, el día 24
se enviaron 15 aviones para intentar contrarrestar el poderío aéreo alemán.
Sólo uno llegó a combatir, el resto fueron derribados por la aplastante
superioridad alemana o se estrellaron por fallos.
Desglosemos “Mercurio”, en 20 pasos.
1.”Mercurio” fue una operación de la
Luftwaffe, lo que explica las reticencias del OKW (Ober Kommando des Wehrmacht).
La operación fue diseñada por el general Kurt Student (condenado luego a 5 años
de cárcel) y mandada por el general Löhr
(ejecutado en 1947, por crímenes de guerra como el bombardeo civil de Belgrado).
Tras diez días de
sangrientos combates, hubo retirada final de los aliados hacía el pueblo de
Skafiá, situado en la costa sur. Allí fueron recogidos (tercer reembarque,
tercer “Dunkerque”), por la Royal
Navy, quien pudo evacuar a 14.800 soldados. La guarnición de Heraklion, en la
costa norte, salió por mar unos días antes, de noche y antes de quedar cercados.
2. Victoria pírrica de los alemanes tras diez
días de duros combates; los cretenses
lucharon con una ferocidad desconocida, y
les causaron más bajas a la Wehrmacht
en Creta que en los 23 meses de guerra
previos.
Hitler autorizó la operación con la condición
de que no debía en ninguna manera interferir con los preparativos de la “Operación Barbarroja”, e insistió en
que era imprescindible terminar con las operaciones en Creta a más tardar a
finales de mayo de 1941. Prefería Malta como objetivo, pero cedió finalmente
porque, según Student, en Malta la concentración de tropas en una isla tan
pequeña iba a causar una gran mortandad, mientras que Creta tenía más de
trescientos kilómetros de costa para desembarcar. Hitler finalmente firmó la
directiva el 25 de Abril aunque anticipó que “habría muchas bajas” (1). Todo
ésto según el ex capitán inglés y oficial de inteligencia, Liddel Hart historiador
británico muy afamado y poco sospechoso
de ser pro nazi. Después de “Merkur”,
Hitler no utilizó nunca más a los paracaidistas, de facto podríamos decir que
fue una derrota estratégica porque no utilizó Creta para dar nuevo impulso a
las operaciones en el Mediterráneo (ataque a Chipre, a Palestina, a Egipto o a
Iraq). Hitler puso punto final a la
campaña de los Balcanes en Creta y se dedicó a la Operación Barbarroja, al
contrario que los aliados que empezaron a interesarse por dichos cuerpos, y que
luego los usaron en la “Operación Market
Garden” (donde el general Student se tomó cumplida revancha dejando fuera
de juego a la División británica en el puente de Arnhem); o en Normandía, donde
la 101 y la 82 Aerotransportada jugaron un papel importante cubriendo los
flancos de la “Operación Overlord.”.
3 Distribución de tropas en Creta.
- Alemanes: Grupos de batalla en la Operación Mercurio.
Aproximadamente 22.000 soldados. 750
efectivos en planeadores de asalto, diez mil paracaidistas, cinco mil soldados
de montaña aerotransportados y siete mil de un desembarco anfibio que nunca llegó
a realizar, tras las dos batallas navales del 21 y 22 de mayo del 1941.
Aunque esos 7000 soldados nunca
desembarcaron, sí que “fijaron” posiciones de un gran número de tropas
inglesas, ya que el general Freyberg siempre estuvo muy supeditado a los informes de ULTRA que le
indicaban la segura presencia de tropas anfibias. Si esos 5 batallones se
hubiesen empleado en el contraataque de la noche del 20 de mayo, posiblemente
la isla hubiera permanecido en manos
inglesas.
La
“Operación Mercurio” se dirigió desde
el Hotel Grande Bretagne, de Atenas.
Student
realizó tres zonas de lanzamientos, pensando en más en el factor sorpresa (la
elección lógica hubiera sido Máleme). El arriesgó y dividió sus tropas
lanzándolas también en Rethimno, donde los australianos situados en las colinas
A y B dieron buena cuenta de ellos, enterraron a 400 y sólo tuvieron 50 bajas; y
en Heraklion, donde tampoco se logró el objetivo.
Tropas alemanas
- Grupo Centro, nombre código: Marte, jefe el. Generalmajor Wilhelm Süssman (muerto al estrellarse su planeador a mitad de camino); su objetivo era Xania.
Fig. 3 . General Süssman. (Foto Bundesarchiv Koblenz).
- Grupo Oeste, nombre código Cometa, Jefe Generalmajor Eugen Meindl (herido grave en el pecho, evacuado gracias al valor de dos aviadores, al día siguiente.
Fig. 4. General Meindl. ( Foto Bundesarchiv
Koblenz),
3.1.3 Grupo
Este, nombre código Orión .Coronel
Bruno Bräuer (sobrevivió, luego fue comandante en Jefe de la isla). Objetivo:
Heraklion.
Cada grupo se subdividía en;
3.1.3.1. Regimentsstab
(comandante Braun).
Sede del batallón aerotransportado (Bataillonsstab I. /Luftlande-Sturm-Regiment)
(el comandante Braun cayó en Platanias, muerto antes de salir de su planeador. (4)
y (41).
El Sturm
Regiment o Regimiento de ataque tenía 4 compañías de 600 soldados, a
diferencia de los otros regimientos que tenían sólo550 soldados por compañía. Su emblema era éste:
Comandante Heilmanns: Cayó en la zona de Karatson/
Monodhemdri: Aproximadamente 350 hombres se entremezclaron con unidades de los
batallones del comandante Depra y Von der Heyte. (5) y (42).
El comandante Scherber (III batallón) llevaba
4 compañías para formar el lado este de la pinza que debería de converger sobre
el aeródromo. Tuvo la mala fortuna de caer encima de los ingenieros
neozelandeses que causaron gran
mortandad entre sus compañía.
El comandante Braun cayó en Platanias. Muerto
antes de salir de su planeador. (41)
El comandante Koch, con sus 750 soldados en planeadores,
cayó entre Pirgos y Platanias, tenía las órdenes de formar la pinza “este” que
convergería sobre el aeródromo. (43) Muerto en ésta operación. (6).
La toma del libro de claves hizo que en
varias ocasiones, los aliados recibieran de los aviones alemanes pertrechos y
municiones, simplemente diciéndoles donde querían que les enviasen municiones.
Eso se solucionó varios días después.
Grupo de Asalto (Stosstrupp) Brücke (teniente
Schächter y teniente Trebes). Sólo sobrevivió Trebes, que fue el que inició,
horas más tarde el asalto a la colina 107. También fue el oficial que dirigió
los piquetes de ejecución de al menos sesenta civiles, en la aldea de Kondomari.
Fig.
6. Fusilamientos de Kondomari. Fotos
tomadas por el reportero alemán Franz
Peter Weixler (Foto Bundesarchiv Koblenz).
Fig.
7. Fusilamientos de Kondomari. Fotos tomadas por el reportero alemán Franz Peter Weixler (Foto
Bundesarchiv Koblenz).
3.1.3.2. / Grupo de desembarco I del
Regimiento de ataque (Luftlande-Sturm-Regiment).
Teniente. Plessen, muerto en ésta operación (2).
3.1.3.3
Grupo de desembarco2
Luftlande-Sturm-Regiment. Comandante Stenzler. Sus dos compañías intentaron
atacar la colina 107, al sur de Maleme, infructuosamente. De manera general,
todos los planeadores y paracaidistas que cayeron en la franja occidental sobre
el curso del Río Tavromitis sobrevivieron, pero los componentes que cayeron en
la “pinza Este” que debía de converger sobre el aeródromo fueron rápidamente
exterminados.
3.1.3.4 Grupo de desembarco 3 Luftlande-Sturm-Regiment. Comandante Scherber.
Su grupo cayó prácticamente encima de los componentes de la Quinta brigada
neozelandesa, en concreto su batallón número 23, y fueron exterminados en pocos
minutos (3). La mayoría llegaron muertos a tierra asesinados en los segundos de
descenso; habían saltado entre 90 y 120 metros de altura, con una velocidad de
a cuatro metros por segundo, (hagan los cálculos: 30-40 segundos de pesadilla).
Una vez en tierra, tenían que reagruparse, soltarse el arnés y recoger los
equipos pesados que iban en otro contenedor (paracaídas de color blanco).
Un ejemplo de la metódica aproximación al escenario
de guerra es que los alemanes tenían los colores asignados según fueran
oficiales (paracaídas color violeta), paracaídas con armas y municiones fuesen (color
blanco) y algunos negro Los oficiales aliados dieron orden de “disparar” a los
pies.
3.1.3.5 Grupo de desembarco 4 Luftlande-Sturm-Regiment, (capitán Gericke).
Sobrevivió a ésta batalla y, treinta años más tarde, ya como general, se
implicó en crear una Asociación llamada Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge
(VDK) para crear un cementerio, en 1972 para que descansasen los 4662
paracaidistas muertos en Maleme.
3.1.3.6 Grupo ametralladoras (Falls chirm-MG-Bataillon), (tenienteTheuerling).
3, 1, 3, 7 Grupo Fallschirm-Artillerie-Abteilung,
(capitán Schramm).
3.1.3.8. Grupo sanitario, Fallschirm-Sanitäts-Abteilung
, (Dr. Dietzel).
3.2 Grupo Centro (Segundo desembarco) TG Generalleutnant Süssman; muerto en ésta
operación, al romperse el cable del planeador y precipitarse sobre el Egeo.
3.2.1 Grupo de desembarco 1.Luftlande-Sturm-Regiment, (teniente Genz).
3.2.2 Grupo de desembarco 2 Luftlande-Sturm-Regiment (capitán Altmann),
sus hombres cayeron cerca del cauce del
Akrotiri, seis planeadores
cayeron cerca de la tumba de Venizelos en Profitilias.Nunca se encontró el
cuerpo del capitán Altmann.
En general los paracaisdistas que cayeron al
oeste del cauce del río sobrevivieron, se ampararon en dicho cauce y
posteriormente al día siguiente tres aviones lograron aterrizar en el cauce,
con lo cual elevó su moral y el número de soldados y empezaron a presionar a
los neozelandeses. Por el contrario, los grupos que cayeron en la pinza este
del aeródromo fueron masacrados durante el descenso y en los minutos
subsiguientes, quedando sólo algunas bolsas de resistencia que fueron paulatinamente eliminadas.
Al día siguiente aterrizaron varios Ju 52 con los primeros contingentes de
la 5 División Gebirgsjäger y 550
hombres del duro y experto coronel Raecke.
Fig.
8. Coronel Raecke, condecorando a un soldado.( Fuente Bundesarchiv Koblenz).
que reforzaron todo el sector occidental,
limpiaron las pistas de obstáculos y permitieron un tránsito continuo de
transportes. Unos 20 por hora. El tiempo estimado que tenían era de 110
segundos para aterrizar, sin parar los motores, soltar su carga de 10-12
soldados bien municionados y, sin parar motores, volver a despegar. Pese a
ello, muchos de ellos fueron abatidos o tocados en tierra. Beevor da una
estimación de 150 transportes perdidos. Otros autores (4), dicen que entre 250-280,
pero seguramente incluyen también los cazas y cazabombarderos abatidos por la
DAC.
- Jefe del regimiento Stab/Fallschirm-Jäger-Regiment, (coronel Heidrich).Presionó a uno de sus subalternos, el comandante Derpa, para que tomase las alturas de Galatás, en una durísima batalla. Le acusó de cobardía y le amenazó con un consejo de guerra. La historia del comandante Derpa se cuenta 10 párrafos más adelante. Murió al frente de sus hombres en Galatás, la mañana del día 23 de mayo.
3.3.1 Fallschirm-Jäger-Regiment 3
(capitán Freiherr von der Heydte). Einer- su nombre de pila- sobrevivió a la batalla.
Era buen amigo de Patrick Leight Fermor, desde 1934, Fermor era un oficial británico y escritor inglés
que estaba combatiendo en el bando contrario a pocos kilómetros de él, en Heraklion.
Ambos sobrevivieron a la batalla. Después de la guerra mantuvieron la buena
amistad.
Einer era un declarado anti nazi e hizo
carrera como Diplomático y le escribió a Fermor una carta muy amistosa desde Etiopía,
uno de sus muchos destinos. Sobre Farmor se podría escribir un libro, pues era
la reencarnación de un Lord Byron moderno. Hoy no toca.
3.3.2 Fallschirm-Jäger-Regiment
3 (comandante Derpa), muerto en ésta operación tras haber sido acusado de
cobardía por el coronel Heidrich. Derpa, con rostro macilento pálido y desencajado,
pero controlando su ira, le dijo “No se trata de mi propia vida, señor; estoy
pensando en las vidas de los soldados de los que soy responsable. Mi vida la
daría contento”. (50)”, al día siguiente - día
22 de mayo- cayó luchando con sus hombres.
3.3.3 Fallschirm-Jäger-Regiment 3
(comandante Heilmann).
3.3.3.4 Grupo ametrallador Fallschirm-MG-Bataillon,
(capitán Schmidt).
3.3.3.5 Pionier,
(comandante Liebach).
3.3.3.6
Grupo Sanitario, (Dr. Mallison).
3.4 Grupo Oeste TG teniente general (Generalleutnant) Julius Ringel.Austríaco, con una barba característica
de chivo. Duro y efectivo. Tenía un lema: “el sudor salva vidas“.
3.4.1 Stab/Fallschirm-Jäger-Regiment
1 (coronel Bräuer). Iban muy enfadado, porque por imponderables
diversos y porque se habían perdido muchos transportes, no pudo saltar con
todos sus hombres (se habían dejado a 600 de ellos en los aeródromos de la
Grecia Continental). Sobrevivió al lanzamiento. Posteriormente llegó a ser
Gobernador de la isla, tras el secuestro del general Krieppe. Fumador
empedernido, y jefe eficaz y profesional, fue ajusticiado el 20 de mayo de
1947. Justo en el sexto aniversario de la batalla.
3.4.1.1Fallschirm-Jäger-Regiment
1, (comandante Walther).
3.4.1.2 Fallschirm-Jäger-Regiment 1
, (capitán Burckhardt).
3.4.1.3Fallschirm-Jäger-Regiment
1, (comandante Schulz); tuvo suerte, el hecho de saltar el primero en
saltar le salvó de morir porque su Junker
fue abatido con la mitad de la cordada dentro. Logró reagrupar a sus hombres y
atacar la puerta canea de Heraklion. Logró rendir la ciudad amenazando al
alcaide. Pero ésa conquista fue evanescente. Terminaron ganando la batalla
gracias al bombardeo a que sometieron a la principal ciudad de Creta, Heraklion
(que por entonces contaba con 35.000 habitantes) y era la principal ciudad
cretense.
3.4.1.4 Fallschirm-Jäger-Regiment 2, (capitan Schirmer).
3.4.1.5 MG-Batallón.
Grupo ametrallador. Jefe desconocido.
3.4.1.6 Grupo sanitario Fallschirm-Sanitäts-Abteilung
,(Dr. Langemeyer).
4. Aliados.
Los Aliados con un total de 42251 soldados; (15.000
británicos, 11.451 griegos, 7.100 australianos y 6.700 neozelandeses). Los
griegos estaban mal armados (viejos fusiles
máuser) y escasos de municiones, pero tenían una moral de combate envidiable.
Venían insuflados del espíritu patriótico de los evzones y escribieron un par
de episodios sorprendentes cargando contra los alemanes al son de sus gritos de
guerra. Igualmente resistieron en plena desbandada de los aliados, en Alikou,
ganando un tiempo precioso que permitió que los ingleses pudieran escapar y ser
reembarcados. Luego, los canales de youtube
ponen a los grupos de comandos ingleses que defendía Imbross como héroes
épicos, pero olvidaron todos a éstos humildes
soldados griegos, los verdaderos héroes de la batalla.
El número de soldados aliados se presta a
equívoco; algunos videos de YouTube
muy antiguos dan la cifra de 27.500, cuando en realidad eran más de 31.500, de
los cuales una gran parte provenían de la evacuación del continente griego y
habían venido sin armamento pesado, sólo con tommy gun, metralletas bren
y pistolas. Tenían 18 carros ligeros (y
cuatro tanques modelo“I”) que jugaron un escaso papel en la contienda, ya que o
bien sufrieron fallos mecánicos, o bien no supieron ser utilizados
adecuadamente.Los australianos estaba desplegados en Retimno, entre ellos estaban
los veteranos de Bardia, que nunca habían sido derrotados. Tipos duros y bragados,
la mayoría granjeros provenientes del outback.
Autosuficientes y llenos de coraje. El brigadier Casey, su jefe, tenía
verdaderos problemas para mantener la
uniformidad y la compostura de su tropa. Los aussies, en algunos momentos
puntales, estaban más cerca de ser un grupo anárquico mezcla de bandoleros y
grupo de maleantes más que una unidad de combate. Incluso hubo un par de
asesinatos, ya que se llegaba a disparar a quien encendiese cerillas o luces
por la noche, por el temor a los ataques nocturno. Ya hemos incidido en que, el
constante ataque de los aviones alemanes llegó a desequilibrar emocionalmente a
muchos soldados.
Freyberg sabía por ULTRA que iba a haber un
desembarco anfibio de 7000 soldados en la Bahía de Suda .Pero tenían que usar
la información de forma cauta para evitar que los alemanes sospechasen que las
claves de enigma habían sido
desencrptadas Y no se conocía
exactamente cuántas divisiones paracaidistas tenían los alemanes (se llegó a
pensar que tenían 4, cuando en realidad
sólo había una, la VII División).
Igualmente se pensaba que la División Aérea 22, también al mando de Lohr, intervendría.
En realidad, por un problema de logística se quedó defendiendo los vitales
pozos petrolíferos de Ploesti (Rumanía). Esta información confidencial condicionó en todo momento al general
Freyberg, honesto y querido por sus soldados, pero que estaba en una posición
incómoda en una guerra de egos en la cadena de mando aliada.
Fig.10. General neozelandes Freyberg, arengando a sus
tropas. ( Foto Bundesarchiv Koblenz).
Freyberg había sido elegido expresamente por Churchill
y eso levantó ampollas (vanitas,
vanitatis) entre otros brigadieres. Los autores anglosajones Clark, Beevor
Buckley y demás, se pasan doscientas páginas hablándonos de sus rencillas, de
sus tiquismiquis y de sus luchas internas. Pero la realidad es que Creta la
perdieron los aliados porque, pese a estar en unas pésimas condiciones de
lucha, los paracaidistas alemanes demostraron que, en igualdad de condiciones,
eran mejores soldados. Y con arrojo, disciplina y algo -también- de suerte, se
llevaron la batalla.
Son mayoría los autores anglosajones quienes
ponen por excusa el que las condiciones de las transmisiones no eran buenas
entre las diversas unidades aliadas. Puede que no fuesen perfectas las
comunicaciones y es verdad que el acoso continuo de los aviones alemanes
obstaculizó enormemente las transmisiones y los movimientos, ya que estaban
continuamente siendo masacrados desde el aire, pero los paracaidistas alemanes
tampoco estaba mejor, especialmente las primeras noches. No tenían agua,
llevaban combatiendo desde el amanecer, estaban muchos de ellos deshidratados por
el consumo de benzedrinas, desorganizados, con la mayoría de sus jefes y
oficiales muertos y heridos; sin contacto entre ellos. Algunos destacamentos,
como el del teniente Mürbe fueron asesinados en Kastelli en menos de dos horas.
Aterrizaron a las 8,15 setenta y dos soldados y a las 11 de la mañana sólo
quedaban 17 vivos (en la cárcel del pueblo) donde, los británicos les
protegieron de la turba de cretenses indignados que querían cortarles el
cuello. Según Clark, “un incidente aislado”.
5. La clave de la batalla, fue la toma del
aeródromo de Maléme de forma sorprendente y heroica por un
puñado de paracaidistas alemanes al mando de un mando poco común el oficial
médico Heinrich Neumann y el teniente Horst Trebes.
Fig. 11 teniente Trebes, a la derecha. (Foto Bundesarchiv Koblenz).
Neumann era un oficial atípico que ya daba
muestras de su ardor guerrero en la Guerra Civil Española, donde a menudo
abandonaba sus deberes sanitarios para ponerse de artillero de cola en los
aviones de la Legión Cóndor. Después
de 20 misiones, le obligaron a quedarse en su botiquín y no ir de héroe. Pero
en Maléme, el inquieto facultativo se dio cuenta que el 90 % de los oficiales
alemanes habían sido masacrados, decidió asumir el riesgo, recondujo el ataque
sobre la Cota 107 y reagrupó a un grupo de unos 150-200 paracaidistas, atacó y…le sonrió la victoria.
Se le concedió la Eisen Kreutz (Cruz de Hierro) más tarde por ésta acción de
Máleme (10). Indudablemente influyó que 550 paracaidistas al frente del coronel Raemcke entraron en combate muy oportunamente, además de tres aviones que lograron aterrizar en el flanco oeste del escenario, a menos de 2,5 km de la cota 105.
Máleme y sus alrededores estaban defendidos
por el 22° batallón neozelandés, a las órdenes del teniente coronel Andrew.
Cuando vio que las comunicaciones con el Cuartel General habían sido cortadas,
dio la orden de que se retirasen durante la noche. Su retirada a las cuatro
y media de la mañana acarreó la pérdida de Creta.
“Merkur” pudo ser un fracaso total y absoluto si los
aliados hubieran contraatacado la noche del 20 de mayo en Maleme sobre los 175
paracaidistas alemanes sobrevivientes, pero dicho contraataque no se produjo.
¿Por qué? Posiblemente a allí estuvo el nudo gordiano de la batalla.
Sólo en la tarde-noche del 20 de mayo, es cuando
Student se da cuenta de que los aliados
les estaban esperando, que las cosas han ido mal. Hasta entonces sólo se habían
informado de 7 transportes derribados y se pensaba que “Merkur” iba bien.
Esa noche, en el Hotel Grand Bretagne de
Atenas, llegan las malas noticias. No hay sorpresa y las bajas son elevadas.
Student duda entre cancelar o no la operación.
Student duda entre abortar o no “Merkur”. Tiene delante de él a Julius Ringel, el general al mando de los tiroleses de la Gebirgsjäger número 22; medita y
finalmente, toma su decisión.
“Mañana vuela Vd. a Creta con su 5ª División
de Montaña” (11). Ringel era austríaco, duro, efectivo, buen cazador de íbices.
Posteriormente, cuando sea Gobernador de Creta será hombre afable al trato,
amante de las antigüedades (los responsables del Museo Arqueológico de
Heraklion le siguen reclamando piezas de arte), simpatizante del teatro, se
encargó de organizar representaciones de Aristófanes o Sófocles durante el
período de ocupación hasta 1945.
Fig. 12. General Ringel. (Foto Bundesarchiv
Koblenz).
Tuvo que ser, sin duda una decisión difícil,
pero Ringel (49) y su segundo el coronel Utz (12) pudieron aterrizar pese a que
el control de aeródromo no era completo y había zonas del mismo donde podía
llegar el fuego enemigo y se perdieron muchos transportes Ju-52, excesivamente lentos
y cargados cada uno con 12-14 soldados. Los Ju-52
eran los mismos aviones que empleó el ejército de África para pasar legionarios
y moros del Marruecos español a la Península, el primer puente aéreo de la
historia. Franco debe en parte el éxito de su revuelta a ésos aviones.
Si en vez de Kurt Student, hubiera sido otro
general - tipo diletante crónico- de los que sólo actúan bajo condiciones
ideales, (por ejemplo Montgomery, siempre melindroso y prudente; la única vez que
se arriesgó, en Arnehm, le salió mal), posiblemente habría suspendido la
operación y la batalla habría acabado allí.
El nudo gordiano de ésta tragedia estaba en
el aeródromo de Maléme. Esa noche, si
los neozelandeses hubieran contraatacado, posiblemente habrían barrido a
los alemanes. Es fácil, ochenta años después, hacer una ucronía de lo que
pudiera haber pasado, el típico latiguillo de “y si….”.
Las dudas inglesas en el contrataque se
explican quizás porque el general Freyberg tenía una cadena de mando poco clara
y bastante “política” (Creta había tenido previamente seis comandantes en Jefe
desde el desembarco inglés en Noviembre del año anterior). La posición de
Freyberg era débil y dependía del general Wawell en Egipto y directamente del
Gabinete de Guerra, pero también tenía que informar directamente a su propio
gobierno neozelandés. Había sido puesto al mando por Churchill, y sólo había
tenido 3 semanas escasas para dirigir a sus soldados. Y lo peor: los egos
estaban muy subidos. Freyberg, un heroico soldado en la Primera Guerra Mundial
tenía a varios “gallitos” en su corral. Verbigracia: Weston (general de división,
más alto en el escalafón, jefe del sector de la bahía de Suda), Barbrook,
Wittman, Sandover, Walker, Laycock (jefe de los comandos o grupo Layforce,
cortesano y alumno de Eton), y sobre todo, a Inglis (comandante de la 42 brigada neozelandesa) .Si no hay mando único,
fracaso
Esta catatonía emocional de Freyberg hizo que
siempre fuese por detrás de los acontecimientos.
Fig.13 Hitler y sus paracaidistas.
En el aeródromo de Maleme, los alemanes
controlaban el aeródromo, menos la parte oriental de la pista, que seguía siendo
batida por la artillería y el fuego directo de los morteros y ametralladoras de
los neozelandeses, así como invadida por un fuerte viento procedente del mar
que hacía tambalearse a los aviones.
De hecho muchos aparatos se estrellaron en la
pista o resultaron derribados antes de tomar de tierra, pero a pesar de las
dificultades, siguieron aterrizando 20 Junkers Ju 52 cada hora transportando
12-18 soldados cada uno con sus pertrechos y municiones al completo. Este flujo
constante de tropas frescas decidió la
batalla de Creta.
El proceso de reembarque en Skafiá hubo
escenas de heroísmo y de cobardía, pero casi ningún oficial de alto rango se
quedó en la isla, Laycock, no. Fue el último en llegar y el primero en irse.
Ahora se encuentran videos en YouTube
haciéndole parecer como un héroe, cuando en realidad, abandonó a sus hombres.
Todo lo contrario que el segundo Jefe de Layforce, Evelyn Waugh, quien casi
podríamos decir que buscaba la muerte heroica en Creta. Waugh falleció en 1966,
siendo ya escritor consagrado. Después de la guerra escribiría un libro muy
duro sobre los elitistas generales de
Eton titulado “Oficiales y caballeros”,
poniendo de chupa de dómine a Laycock a quien sibilinamente acusa de abandonar
a sus hombres y ponerse a salvo, mientras que los australianos del 2/7 batallón
se quedaron defendiendo el perímetro de defensa cuando finalmente se produjo la
evacuación en el puerto de Skafiá, en la costa sur de Creta.
Los australianos, una vez decidida la
batalla, y resignados a ser prisioneros de guerra, fueron los suficientemente
valientes para mantener el cordón de seguridad mientras se embarcaba de forma
preferente a las tropas con mayor capacidad de luchar, en el pueblo de Skafiá.
Ellos y el regimiento griego que defendió Askifou y algunos comandos de
Layforce en Imbross fueron los que combatieron para ir ganando tiempo y realizar
una retirada ordenada para que otras unidades pudieran embarcarse con destino a
Egipto.
6. La mayor mortandad entre los paracaidistas
se produjo en las primeras horas del día 20, cuando los aliados disparan “a los
pies de los paracaidistas”, todo el
metal que tienen a los soldados indefensos que descienden desde 90 ó 120 metros
de altura. Una actuación contraria a las Leyes de la Guerra. La “caballerosidad
inglesa”, su “fair play” y todas esas lindeza de las que tanto presumen, a la
hora de la verdad, no existieron. Los alemanes tampoco cumplieron la Convención
de Ginebra, eso también hay que decirlo. Y en Normandía también dispararon a
los paracaidistas de la 101 y 82
aerotransportada.
Verbigracia: “les dimos la orden de que
disparasen a las botas de los paracaidistas”; “un huno cayó a menos de tres metros de mí. Llevaba
la pistola en la mano y, sin ser consciente de lo que hacía, le pegué un tiro.
Me acababa de reponer del susto cuando otro cuando otro casi me cae encima. Lo
abatí mientras trataba de deshacerse de su arnés” (13).
“Un hombre gigantesco pegó un brinco con las manos
levantadas, como si de un gorila se tratara, y gritó “manos arriba”. Yo
repliqué “Mata a ése cabrón”, y el maorí lo abatió” (14).
“les disparas a su paracaídas (…) le haces un
agujero y cae como una piedra contra el suelo” (15).
Fig.14. Paracaidistas alemanes muertos. (Fuente: Bundesarchiv Koblenz).
Los paracaidistas alemanes tenían un decálogo
de actuación ( equivaldría a lo que ahora se llaman “ROEs”, rules of engagement”).
En su artículo 3 se incidía de la importancia
de mantener la boca cerrada y no chismorrear nada, ya que el enemigo podía
escuchar conversaciones aparentemente insustanciales. A los soldados del
renombrado “Sturm Regiment” se les prohibieron sus cánticos habituales (Rot scheint die Sonne, su himno) durante
su traslado desde sus bases en Rumanía y Bulgaria hasta Tesalónica, por tren.
Igualmente se les quitaron los emblemas y se les llevó de la forma lo más discreta
posible a los diferentes puertos de embarque. Pero es altamente difícil
movilizar 12.000 hombres a lo largo de la Europa ocupada sin despertar
sospechas de los servicios de inteligencia. Otro artículo, el Noveno, de la
“Biblia” de la VII División Paracaidista postulaba que al enemigo había que
lucharle con nobleza, pero a las tropas partisanas e irregulares, ni agua.
Los alemanes esperaban una población neutral,
y les sorprendió la resistencia de los cretenses. Otto Skorzeny en sus memorias
se queja ampliamente de que había muchas filtraciones previas a las órdenes
operativas y que estaban rodeados de traidores y de una red de espías llamada Die rote Kapelle; igualmente habla
también bastante mal del Jefe de la Abwehr, el Almirante Canaris, (al que describe
como un hombre oscuro, melindroso, sin expresión del que nunca sabes si sube o
baja de una escalera). Y que “era como darle la mano a una medusa” (16).
7. Los irregulares cretenses lucharon contra
los alemanes con todo lo que tenían: viejos
fusiles Máuser de las guerras contra
los turcos, hoces, guadañas, cuchillos de cocina, palos.
Se describieron 29 casos de mutilaciones, aunque
sólo se confirmaron 9 casos según la investigación judicial. Pero los soldados
de la 5ª División de Montaña encontraron numerosos casos de ejecuciones sumarias
con cadáveres de paracaidistas colgando inertes de los olivos con un tiro entre
los dos ojos, y sin siquiera haberse quitado el arnés, lo que sugería un asesinato
después de haberse rendido. Otros paracaidistas muertos presentaban signos
claros de haberse rendido. Y eso luego encendió los deseos de venganza de los
alemanes. Hubo matanzas en diversas aldeas de Creta por parte de los alemanes. De
hecho, toda la isla está repleta de Monumentos en recuerdo a las víctimas (17).
8. En Creta la Kriegsmarine no existió. La Flota
H en Gibraltar, y los navíos de Cunninghan en Alejandría, hicieron que
quien controlase el mar fuese la Royal Navy (“Ron, sodomía y látigo”), según
cita textual de Wiston Churchill. La jactanciosa frase de Mussolini de que “el
Mar Mediterráneo es un mar italiano” era una bravata de mamporrero de lupanar.
La Royal Navy dominaba las aguas, sabiamente dirigida desde Alejandría por el
Almirante Sir Andrew Cunninghan. Ya habían derrotado a los italianos en Tarento
y en la batalla del Cabo Matapán. Y después de dicha batalla naval, en la que
perdieron tres cruceros y dos destructores, los italianos no volvieron a salir
sin cobertura aérea. Y en la Supermarina
además andaban muy escasos de combustible, y salieron poco a la mar .Su papel
en Creta fue escaso y breve. Sólo al final, cuando la batalla estaba decidida,
la Supermarina hizo un desembarco
testimonial de 3000 soldados a Sitia, en la parte más alejada, la oriental, donde
apenas hubo combates.
Sólo hubo dos gloriosas excepciones. Los
destructores “Lupo” y “Sagittario”, que se enfrentaron de manera
desigual a la Royal Navy en los dos combates navales del 21 y 22 de mayo.
8.1 En
la primera batalla naval de Creta, la noche del 21 de mayo se enfrentaron tres
cruceros de batalla ingleses contra una flotilla de caiques escoltada sólo por
un destructor italiano, de pequeño tonelaje (679 TM), el Lupo. Cuando los 30 caiques son detectados por la flota de cruceros
y destructores ingleses, el “Lupo” se lanza valientemente al ataque contra los
tres cruceros de batalla de 8000 toneladas cada uno, deja una cortina de humo y
los ataca con torpedos. Su valiente acción no impidió que los cruceros ingleses
disparen a los caiques indefensos.
Los caiques pliegan las velas y los 2231
soldados de la 5 División de Montaña intentan ponerse de perfil, se esconden, levantan
las manos y sacan bandera blanca. Los cruceros y destructores les arrojan plomo
a unos pesqueros que no tenían ninguna
defensa posible y además, tirotean a los náufragos (20). Luego a manera de
disculpa dicen los hijos de la Gran Bretaña, que “solamente mueren 311 y 13
oficiales (21) y otro historiador dice, a manera de disculpa, “pese a la
intensidad del fuego, sólo murieron
327 hombres, el resto fueron recogidos por buques alemanes e hidroaviones
Arado” (22)
8.2 Al día siguiente, cambian las tornas. La
flota inglesa detecta otro convoy de caiques con la escolta del destructor “Sagittario”, comandado por el teniente Guiuseppe
Cigala Lugosi. Cuando son detectados, echa una cortina de humo y se dispersan, huyendo.
Los británicos, en una decisión que luego fue muy cuestionada, no les persiguen,
pero son localizados por los aviones de Richtoffen. Esta vez, son los ingleses
los que recién una durísima derrota a manos de la aviación alemana. Se hunde,
con 725 hombres, el crucero Gloucester
Fig. 15. Hundimiento del Gluocester ( Foto Bundesarchiv
Koblenz).
(Y el cuerpo de su comandante aparece 4 semanas
después en Mersa Matruh, en las costas de Libia,fácilmente reconocible por las
divisas de su empleo). Los ingleses reciben un severo castigo. Son echados a
pique, entre otros el ya citado Gloucester,
el Greyhound (con 83 muertos y
23heridos), el Fiji (276 entre
muertos y desaparecidos) y severamente dañados, entre otros, el acorazado Warspite (19 muertos, 24 desaparecidos,
70 heridos), el acorazado Valiant, y
los cruceros de batalla Carlisle (14
muertos y 25 heridos) y el navío australiano Naiad (7 muertos y 31 heridos). Después de esto, arrecian las
críticas ya que según los expertos. “el mejor sitio para sufrir un bombardeo es
estar en medio de los caiques enemigos”. (23).
La Convención de Ginebra tampoco la
respetaron los alemanes. En la batalla
naval del día 22 de mayo en la que la Royal Navy fue vapuleada por los aviones
de Richthofen se describe la muerte de 19 de ellos en una lancha salvavidas
ametrallada por los Messerschmidt alemanes, sobreviviendo sólo un marinero, (24).
Fig.16.
Cementerio en la Bahía de Suda ( Foto del Autor).
Grecia está poblada de múltiples monumentos dedicados a los asesinados por los alemanes en la 2 Guerra Mundial. (Foto del Autor). Es un Holocausto real, con nombres y apellidos, no como otros en los que basta con demostrar que estabas en Alemania antes de 1933 para, de forma automática, recibir una suculenta indemnización de guerra que se ha estado pagando religiosamente hasta hace pocos meses. Por el contrario, a los griegos, que lo único que hicieron fue defender su país, nadie, ninguna autoridad alemana les ha pagado nunca NADA, ni un euro.
9. Los autores anglosajones llevan 75 años
discutiendo acerca de la pérdida de Creta (25) Beevor dedica mas de 50 páginas
en su libro a ello. Especialmente críticas las horas del 20 de mayo por la noche en el
aeródromo de Máleme, con los alemanes
agotados y sedientos por la falta de
agua y , previsiblemente, por el pervitin que algunos tomaron ( este uso de
benzedrinas no está demostrado) , pero si hubiera habido un contraataque muy
posiblemente hubieran sido fácilmente
derrotados. Freyberg tenía 5 batallones inactivos ( 26 ), y los alemanes
llevaban 16 horas sin beber, dispersos y poco propicios a operaciones nocturnas
y posiblemente se hubiera decantado la batalla del lado aliado. Lo que nadie
duda ya es que los hechos del abandono de Maléme por parte de los Neozelandeses
es poco explicable. Tenían dos compañías, la compañía D al mando del capitán
Johnson y la compañía C al mando del capitán Campbell sólidamente posicionadas
defendiendo el acceso al aeródromo de Máleme. Por una serie de errores en la
cadena de mando, optaron por retirarse a las 04,30 h de la madrugada (“colgándose
las botas al cuello y descalzos, para no hacer ruido”).
Esta
retirada les puso en bandeja el aeródromo a los alemanes, salvo una pequeña parte
de la pista que estaba a tiro de los aliados, lo que hizo que, a lo largo de
los diez dias de la batalla, los lentos Ju-52
fueran abatidos en total entre 250 y 280 de ellos.
Hay
una amplia horquilla de cifras en la bibliografía revisada, acerca de las
pérdidas de los transportes alemanes; desde los autores que dan 125 transportes
perdidos,hasta los que hablan de más de 400. Esas pérdidas de transportes se
echarían en falta en Stalingrado, cuando la Lufftwaffe no pudo dar los
suministros adecuados a las cercadas
tropas de Von Paulus.
Fig 18. Tropas de Cazadores de Montaña, 5 División Gebigrsjaeger, embarcando.
Esa fijacción de Freyberg con “protegerse” de
un desembarco anfibio hizo que actuase muy cautamente y no contraatacase
con rapidez. Esos batallones “fijados” e inactivos, le costaron la derrota,
pese a conocer las intenciones del enemigo. Freyberg usaba con tanta cautela la
información proveniente de ULTRA que al
final termino perdiendo la batalla por no decidirse.
Esto
de “ no vaya a ser que el enemigo sepa que hemos reventado sus códigos”, tiene
también, como todo, su justa medida. Pero es fácil hacer reflexiones de salón
75 años despues comodamente instalado en el sofá de tu casa. Había que estar
allí, en el momento justo.
Fig. 19. Soldado desconocido.
10.
La Familia real griega había llegado a
Creta el 22 de abril, después del derrumbe de la línea Metaxas. Se instalaron
en Heraklion y luego a La Canea, en concreto el Rey Jorge II (Gorgos II) se
había establecido en Perivolia, una localidad a unos pocos kilómetros al Sur de
Xania (La Canea) convirtiendo a ése pueblito de pescadores de pocos miles de
habitantes en la capital administrativa de Grecia. Estaban el Rey Jorge II,
junto a su hermano el Principe Pedro y el príncipe Pablo, su esposa Federica
con sus hijos Constantino y la pequeña Sofía (Σοφία Μαργαρίτα Βικτωρία
Φρειδερίκη) que tenía en ésos momentos un año y medio), en una Villa
llamada “Bella cabina” (27), o Belakapina
(28). El día 2 de mayo deciden sacar a
sus hijos en avión hasta Alejandría y luego a El Cairo
El
día 19 de mayo, el Rey juzgó oportuno trasladarse a la casa de su primer
ministro Tsouderos (29), (30) y (31). Esta decisión de irse 2 kilómetros más al
sur fue providencial, la nueva residencia estaba más próxima a la ruta de escape de las
Montañas Blancas.
Fig. 20. Rey Jorge II.
El
día 20 mayo, los paracaidistas empiezan a caer a menos de un kilómetro del rey
Jorge II, que debe salir a uña de caballo, para no caer en manos de Hitler. El
rey y su séqueito heterogéneo son escoltados por un pelotón de neozelandeses al
mando del teniente Ryan. Le acompañan igualmente unos policías leales, el
Gobernador del Banco de Grecia Kyriacos
Varvaressos (que sale con zapato de calle, luego se arrepentiría de ello, porque
tuvieron que escalar la salvaje orografía de Creta con zapato fino), el capitán
Volanis, el coronel Levidis y varios sirvientes mas, entre ellos Giannis
Manouselis.A tan heterogéneo grupo se les unirán más tarde, por un corto
espacio de tiempo de algunas horas, un grupo de “zebras” o presidiarios que
habían salido de la Prisión en el Valle de Agia, dándole a la fuga un contenido
surrealista.
A
las seis de la tarde llegan a Therisson (32), aunque otro autor lo llama Cériso
(33). Es una zona muy poco monárquica, de facto es la zona de influencia de los
republicanos de Elefterios Venizelos y su intento de república del año 1909.
Casi están a punto de ser agredidos porque no se sabe si son griegos o no y
porque el rey va vestido con su traje de general, con vistosos atuedos rojos; no
precisamente de incognito o que le hagan pasar fácilmente desapercibido.
Este
heterogéneo grupo sigue corriendo a través de las montañas y la noche del 21 de
mayo la pasan al raso, en un “mitaco”
o refugio de pastores (34), donde el Rey se instala al raso y su hermano hace
un pequeño hoyo en la tierra para conservar el calor. Hace un frío endiablado y
se levantan a las 5,30. Prosiguen hasta llegar a la costa, a la localidad de Agia
Rumali (no Skafia, como dicen otros historiadores). Allí logran contactar con
el destructor HMS Decoy (que es un destructor de 1600 toneladas, no un crucero,
como erróneamente dice Ilias Venezis en la recopilación efectuada (35). Finalmente,
la madrugada del 23 de mayo, logran salir de Creta con destino a Alejandría.
Fig. 21. Placa conmemorativa del Cementerio de
la bahía de Suda (donde Churchill quería
“construir una segunda Scapa Flow”). (Foto del Autor).
11. Entre los muchos hechos heroicos
sucedidos en ambos bandos en Creta, nos encontramos la muerte de los tres
hermanos Von Blücher, de 24,19 y 17 años. Wolfgang (con el empleo de teniente),
Leberecht (cabo) y Hans–Joachim Graf Von Blücher (soldado raso).
En la lengua alemana, “Graf” significa “conde”, y “von” es una partícula
que va asociada a los títulos nobiliarios. Estos tres soldados estaban relacionados
con el prusiano general Blücher de las guerras napoleónicas. Los tres hermanos
murieron con diferencia de horas, regando con su sangre la rojiza tierra cretense. (38)
Otros episodios épicos fueron las cargas a la
bayoneta (con hojas de 45 centímetros) efectuada por los neozelandeses de 28
Batallón, maoríes que se lanzaron al ataque tras hacer sus hakas o gritos de
guerra. O los gritos aleccionadores, antes de una carga, de su Jefe, el t. coronel
Dittmer “ Call yourself bloody soldiers?”
(39).
12. Aún hoy día encuentras, en las pequeñas
aldeas de las montañas, fotos en sepia de guerrilleros o insurgentes que se
tiraron al monte para mantener en jaque a la guarnición alemana. Se les
llamaba “andartes”)
La Resistencia fue de baja intensidad, pero
ayudaron mucho a los miles de soldados que, después de la evacuación, se habían
quedado vagando por las montañas dispuestos a pasar penalidades antes que irse a un Campo de prisioneros. La
Resistencia duró hasta 1945. Los principales líderes de la Resistencia fueron
Manolis Banduvas, Manolis Paterakis (que intervino en el secuestro del general
Kreipe en abril de 1944), el coronel Papadakis, el capitán Petrarkis y varios
más, entre ellos uno llamado “Kapetan Satanas”, apoyados por varios oficiales
ingleses que hablaban griego perfectamente por ser previamente en la vida civil
eruditos profesores, arqueólogos o lingüistas, tales como Tom Dubabin, Xan
Fielding o Patrick Fermor.
13.
La superioridad aérea alemana fue notoria y un factor decisivo en la batalla. Basta leer las memorias del teniente australiano
Castair (49) para hacerse una idea de lo que era se continuamente ametrallado
desde arriba. La imposibilidad de moverse y estar metido en la trinchera e
incluso la imposibilidad de transmitir órdenes a pelotones que estaban tan sólo
a un par de cientos de metros de
distancia.
Sorprende
que los ingleses que sabía que las fuerzas del Eje de una manera u otra
llegarían pronto a Creta; el 4 de mayo abandonaran los seis únicos aviones de
caza presentes en la isla (tres biplanos Gladiator y tres Hurricane) para
evitar su destrucción. La reacción británica fue la acertada porque diez días
más tarde, el 14 de mayo, los aviones alemanes de la Luftwaffe bombardearon
Creta durante seis jornadas hasta el 20 de mayo. También los germanos se
encargaron ocupar varias islas adyacentes al sur del Mar Egeo como Kízira,
Andikízira, Milos y Scarpantos que les servirían de apoyo logístico. Durante
esta campaña aero-naval los alemanes se impondrían a sus enemigos derribando 36
aviones ingleses a costa de perder 23 aparatos propios y logrando que de las
27.000 toneladas de suministros enviadas por los Aliados desde Egipto, únicamente
llegasen 3.000 a Creta.
14.
Entre los paracaidistas alemanes que saltaron estaba el ex campeón del mundo de
los pesos pesados Max Schmeling.
Fig. 22. Max Schmelling. Ex boxeador
y ex Campeón del peso pesado.
Goebbels
y sus mariachis lo presentaron como el arquetipo del superhombre, el fiel
reflejo de la raza aria. Después de derrotar a Joe Lewis, se hizo amigo suyo y
le ayudó económicamente durante
muchos años. La propaganda de la Alemania Nazi presentó a Max Schmelling como un superhombre,
pero él, en realidad, era un tipo modesto
y buena persona, no un nazi pretencioso. Un autor anglosajón (45) intenta
denostar su imagen y dice que el día del asalto le entró” mieditis” y pidió la
baja médica. La lacónica respuesta de sus superiores es que se reportase de
baja, pero que los servicios médicos iban en el mismo avión. Dudosa historia,
porque Schmelling saltó, se rompió las piernas y tuvo que ser evacuado. Murió a
los 100 años de edad en 2005, siendo muy querido por parte de sus compañeros.
15.
En 2006 murió Jorge Psychoundakis, el protagonista de la famosa novela “The Cretan Runner” (46) Y decimos famosa
porque le hizo la introducción el comando inglés Patrick Leigh Fermor (más
conocido por sus alías de “Michali” o “Philedem”). Este cretense era un soldado
humilde que tenía por misión llevar los mensajes a diversas zonas de la isla. Podía hacer 80-90 km sin esfuerzo por las empinadas
montañas. En Creta las distancias no se miden en kilómetros, sino en días o
jornadas, por las particularidades orográficas de la isla. Otros miembros de la
Resistencia Cretense eran el capitán Petrakoyeorgis, Andreas Polentas, Manoli
Bandouvas y el mismo Satanás. Y no es una metáfora, Kapetan Satanas era un
guerrillero alto de barba blanca, que terminó muriendo de cáncer.
16. Los historiadores británicos tienden a
magnificar hechos vulgares y esconden sus vergüenzas disfrazándolas de épica y un romántico sentido de la aventura.
Verbigracia:
en el episodio del secuestro del general Kriepe, que tuvo lugar en abril de
1944. A Kreippe le secuestraron en abril de 1944, justo el mismo día que
ascendía a teniente general. Venía del
frente ruso y se pensaba que Creta iba a ser unas idílicas vacaciones en “Villa
Ariedne”, cerca de Knossos. La historia es ampliamente conocida y no viene al
caso. Hay publicados varios libros de como Patrick Leigh Fermor y 6
comandos lo secuestraron, lo llevaron a
las Montañas, compartieron 18 días en el secuestro y al final escapan en submarino.
Paddy
Fermor, lo cuenta de forma bucólica y pastoril. Llama la atención que se hace
amigo del general al recitar juntos las Odas de Horacio mientras subían
las nevadas laderas del Monte Ida y las
gargantas de Creta, el general con un hombro dislocado y sudando a mares . Esto
es verdad, pero no dicen que en dicho secuestro se asesinó de forma fría y desapasionada al chófer del general Krieppe.
Unos años más tarde, se reencontraron todos en 1972 en la Televisión griega y
tanto el general Kriepe, como sus captores se abrazaron y se desearon, sin
odio, lo mejor. Nadie dijo nada del chófer, degollado salvajemente por uno de los
seis o siete señores de edad provecta que se daban besos y abrazos ante las
cámaras de la TV griega.
El
coronel Brauer, le dijo a Paddy Fermor, “a nosotros no nos hubiesen capturado
tan fácilmente, Herr Major”.
Ambos,
el cínico Brauer y el odioso comandante Müller fueron ajusticiados por crímenes
de Guerra. O sea, por perder la guerra.
17.
Bajas.
El
tema bajas es siempre conflictivo, y varía bastante según autor y año de la
publicación. En los libros editados hace relativamente tiempo se llegan a dar
hasta 8000 bajas de los alemanes. No
cabe duda que Mercurio fue tuvo como consecuencia
la destrucción de la capacidad operativa de la VII División paracaidista. El
desastre de Creta seguramente desechó las ya remotas posibilidades de un ataque
a Inglaterra, también puso final a la campaña de los Balcanes. Hitler ni se
planteó otro asalto a Chipre, Alejandría, Palestina o Iraq. Desde el punto de
vista estratégico, Creta fue una victoria aliada. Hitler tenía puestos sus ojos
en Rusia y la inminente “Operación
Barbarroja” y no explotó el teatro de operaciones del Mediterráneo, que
tenía ya muy limitado desde que en la entrevista en Hendaya fracasara la
Operación Félix (la toma del Peñón de Gibraltar
Beevor
(47) indica que hubo 1856 muertos entre los paracaidistas sólo en el primer día
otros autores (48) cifran las bajas
alemanas “entre 3986 y 6453”.
Fig.23.
Sanidad militar rudimentaria. En Maleme hay un Cementario alemán. De su mantenimiento se encarga el
-Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge (VDK) que es una asociación
humanitaria con sede en Kassel (Hesse). Según el VDK, son 4465 los cuerpos enterrados allí.
18.
Otras fuentes (4, 5, 15 y 19) dan unas bajas ligeramente inferiores, 6028 bajas entre alemanes e italianos.
De las cuales 3988 muertos (2 de ellos italianos) y 2620 heridos. Los muertos
reales en el cementerio de Maleme ya suman por si sólo 4465 muertos, por lo que
estimamos que las bajas reales estarían
por encima de las 7000, incluyendo las bajas durante los años de la
resistencia (1941-1945).
Mucho
más graves serían las pérdidas en aviones, especialmente los muy necesarios Ju-52, que al principio solamente 7 de
ellos fueron derribados en la primera ola, pero que al final de la batalla
podríamos estimar entre 250-280 de dichos transportes derribados, Beevor los
reduce a 150 transportes abatidos, lo que sería un tercio de los 600 iniciales
de la Flota de Student y da como número total de aviones derribados 350 (50) y
que luego serían muy necesarios en otros escenarios de guerra, como podría ser
Stalingrado cuando Göering se postuló, orgulloso como un pavo real, a suministrar los necesarios víveres a las
cercadas tropas del Sexto Ejército o en la Bolsa ( Kessel) de Vitebkts.
19.
Por parte de los aliados.
El
coste de la operación para los aliados fue de 1.742 aliados muertos y
1737heridos; otros autores (48) dan la cifra de 1915 muertos, 2000 heridos y
11.835 prisioneros.
Aviones:
23 cazas y 15 bombarderos, más de 230 toneladas de material pesado perdido.
Las
mayores pérdidas las tuvo la Royal Navy. dejando la Mediterranean Fleet
reducida a dos acorazados, tres cruceros y diecisiete destructores, algunos de
ellos gravemente averiados.
La
Royal Navy perdió 3 cruceros de batalla (Gloucester,
Fiji y Calcutta), seis destructores; el Kelly
(con Lord Mountbatten en su cuarto
naufragio durante la guerra, todo un record), Kashmir, Juno, Greyhound, Imperial y Hereward).
Seriamente
dañados los acorazados Barham,
Formidable, Warspite y Valiant.
Seis
cruceros dañados: Ajax, Naiad
(Australiano), Pert (Australiano),
Orion, Dido y Carlisle.
Siete
destructores dañados: Kelvin, Napier (australiano), Kingston, Nizam, Ilex yNubian y Havoc.
Número
de soldados existentes en Creta 31.800 (sin contar a los 12.000 griegos). Otros
autores (48) dan la cifra de 27.500
hombres.
Muertos:
1915, heridos 2000, desaparecidos 1759. Total 5674 bajas.
A
esta cifra de bajas habría que sumarle las
2030 bajas de las operaciones realizadas por la Royal Navy (1074
muertos; 600 heridos y 356 desaparecidos. (24). Beevor da unas cifras similares; 1828 muertos y 183
heridos. Sin duda Beevor (51) incrementa el número de muertos nuestro (1024)
sumándoles los desaparecidos).
Por
lo tanto hablamos de un total de bajas de 7704. Respecto al número de tropas aliadas que fueron evacuadas satisfactoriamente
de Skafiá y Heraklion, tenemos la cifra de 14.800 hombres. (48).
A
nivel material: falta mencionar el armamento pesado que los aliados dejaron en
Creta, los 16 carros de combate ligeros y los 8 medianos (“si es que los carros tipo “I” se pueden considerar así) , más
los cañones Bofors y las baterías de
costa.
20.
Prisioneros.
Esto
nos deja que podríamos estimar que quedaron en Creta sin evacuar 10.796 soldados. Suponiendo que las estimaciones de
soldados al inicio de la batalla fueran las que dice Blau (48) es decir 27.500 soldados
y no 31.5000, tendríamos un número supuestamente dejados a su suerte en Creta de
10796 . Hay una notable discrepancia que nosotros no sabemos resolver. Asumiendo
que un diez por ciento de ellos (lo cual es ya una cifra más artificialmente
aumentada), pudiera llegar por sus propios medios o evacuados en submarino o en
caiques particulares, nos quedaría que los aliados habrían tenido entre 7000-8000 prisioneros de guerra, cifra nada despreciable. ¿Dónde está la
verdad?
Beevor
da una cifra de 12.254 prisioneros, que parece bastante plausible.
Estos
prisioneros fueron tratados correctamente en la mayoría de los casos, de hecho
los guardianes alemanes estaban, sobre todo cuando la guerra iba bien, más
pendientes de bañarse en el Mediterráneo y broncearse al sol que de cuidar que se
escapasen. Muchos de ellos se tiraron al monte y otros recogían parte de su impedimenta
y luego volvían al “Lager”, pese a las afirmaciones de Carstair en su
libro de que fueron tiroteados y asesinados, eso debe tomarse dentro del
contexto de un diario que el joven teniente australiano James Carstairs escribe
(7) durante sus 5 meses de peripecias en la isla, sin contacto con el exterior.
Fig. 24. Una pausa en el combate ( Foto Bundesarchiv Koblenz).
Fig. 26. Rendición de dos soldados neozelandeses.. ( Foto Bundesarchiv Koblenz).
CONCLUSIÓN:
Victoria
pírrica alemana, según la mayoría de Historiadores (“Historiker”)
profesionales, curiosamente todos o casi todos de origen anglosajón. Larga es
la manipulación histórica de los Hijos de la Gran Bretaña, que de derrotas sin
contemplaciones se sacan hechos heroicos. Corrieron en Dunkirk, se deslizaron a
sus navíos en Narvik, huyeron en Monembasia, se embarcaron en Kalamata, huyeron
de El Pireo, salieron por patas de
Larissa, evadieron el combate en Termopilas de todo ello hacen una épica batalla.
No
tiene nada de heroico disparar a soldados que descienden en paracaídas a plena
luz del día y que son blancos fáciles. Cuando las circunstancias de la batalla
se igualaron, los alemanes demostraron ser mejores soldados, combatieron bien
pese a haber perdido al 75 % de sus jefes y oficiales y lucharon con
desesperación y, en un golpe de mano – o de suerte- lograron conquistar parte
del aeródromo de Maleme; despejaron las pistas usando un tanque “I” a modo de excavadora y a partir de ese
momento empezaron a recibir refuerzos y el destino de Creta se decidió en ése
momento.
En
Alemania, nadie se atreve a rebatirles a los historiadores que no siguen
la línea dogmática de éste Nuevo Orden
que se estableció tras la Segunda Guerra Mundial. Hay un estado de culpabilidad
inconsciente, de ser los causantes de la Segunda Guerra Mundial y todos los
días, la ZDF y sus acólitos se encargan de recordárselo a la población. Hay un
monopolio de la información que debe o
no debe darse y ése control lo ejerce fundamentalmente el Institut für Zeitgeschichte”
de Múnich.
Creta
fue ciertamente una victoria alemana, pírrica, pero victoria; con
aproximadamente 8000 bajas y la destrucción de su VII División paracaidista, que no volvió a saltar en toda
la guerra. Victoria estratégica inglesa,
porque Hitler puso punto y final a la campaña de los Balcanes en Creta y no usó
la isla como "portaaviones" para atacar sobre Chipre, Palestina, Irak o Egipto.
Fracaso
personal de Churchill que había dado órdenes de resistir y mantener a todo
trance la isla. Pérdida de 150 aviones de transporte de la Luftwaffe que luego
serían muy necesarios en Rusia.
Y
lo mejor: el admirable valor y resistencia del noble pueblo griego. Lucharon
con palos, cuchillos, instrumentos de labranza y con las armas que les habían
arrebatado a los propios alemanes.
La
orografía de la isla, con montes de 2463 metros con nieves perpetuas, como el
Monte Ida, hizo que nunca la isla pudo
ser completamente dominada por los
alemanes.
Fig.28. Panorámica de la Bahía de Suda, donde Churchill
pretendía hacer “una segunda Scapa Flow”. En realidad, fue una “segunda
Gallípoli”.
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