Contandor real de Visitantes

martes, 29 de agosto de 2017

Operación "Mercurio". La Batalla por Creta.


 




TITULO: Operación Mercurio (“Unternehmen Merkur”), 76 años después.

AUTOR: Juan Carlos López Corbalán (*)

RESUMEN: Se cumplen 76 años del Asalto aerotransportado a Creta, batalla que duró del 20 de mayo al 1 de junio de 1941.

JUSTIFICACION DEL TRABAJO:

Al releer las diferentes versiones (mayoritariamente todos autores anglosajones, dos griegos y ningún alemán), observamos discrepancias en detalles concretos como éste:

 

En la primera batalla naval de Creta, la noche del 21 de mayo se enfrentaron tres cruceros de batalla ingleses contra una flotilla de caiques. Habían salido del Pireo y sólo llevaban de escolta al destructor “Lupo” de escasamente 679 toneladas y comandado por el comandante Mimbelli. Un historiador tan prestigioso como Beevor lo “hunde” en el combate (18): “Los cruceros viraron inmediatamente a estribor (…), el Dido logró dos dianas y, finalmente, el Ajax lo hizo explotar con una andanada a bocajarro” (18).

Thomas (19) por el contrario indica que la valerosa acción del Lupo entorpeció a los tres cruceros de batalla, y deja en evidencia a Beevor, puesto que dice (página 143 de su obra) que “the damaged Lupo…., with many dead and injured aboard, avoided destruction and made good her escape”  (19), por lo que el bravo destructor italiano  no sólo no se hundió, sino que ayudó a recoger náufragos.

Si un historiador tan prestigioso como Beevor mete un pequeño gazapo en un tema intrascendente. ¿Qué no sucederá en otros aspectos de la batalla poco o nada conocidos?

Como decía el policía birmano Eric Blair, más conocido por su pseudónimo literario de George Orwell:

“Si quien controla el pasado, controla el futuro, Quien controla el presente, controla el pasado.”

 ¿Quién dice la Verdad Histórica? Juzguen Uds.

 

RESUMEN

 

Se cumplen los 76 años de la “Operación Mercurio”, el asalto aerotransportado a Creta (20 de mayo -1 de junio de 1941).

En los primeros meses de la Segunda Guerra Mundial, Hitler conquistó la mayor parte de Europa en 1939-1941. La isla de Creta, en el Mediterráneo se convirtió en pieza estratégica para futuras operaciones en el Mar Mediterráneo, tanto para el Eje, como para los Aliados.

Creta fue victoria pírrica alemana poco capitalizada en términos estratégicos, porque Hitler ya tenía preparada la invasión de Rusia. La batalla de Creta fue muy dura y la victoria alemana fue a costa de diezmar a la VII División Paracaidista (Fallschirmjäger) y en especial a la élite de la misma, el llamado “Sturm Regiment” (se caracterizaba por tener 4 batallones, con 600 hombres en cada batallón, a diferencia de otros Regimientos que tenían 3 batallones con 550 hombres. Por lo tanto el Sturm Regiment o Regimiento de asalto tenía200 soldados más; eso no impidió, que tuvieron bajas espectacularmente altas, (más del 50 %) especialmente el primer día de combate. Algunas compañías tuvieron más de un 80 % de bajas.

 

 

La Fuerza Aérea Alemana fue la que diseñó la operación. El General Lohr CINC de la IV Flota (luego ahorcado en 1947 por haber bombardeado Belgrado) quería concentrar el ataque (Schwerpunkt) buscando el punto de ruptura de las defensas enemigas y el factor sorpresa. No hubo ni lo uno, ni lo otro; mientras que el general Kurt Student (condenado luego a 5 años) era partidario de diversificar el ataque a tres puntos diferentes. Finalmente Göering tomó una decisión intermedia y de compromiso.

El abandono de la teoría del “Schwerpunkt”, o ataque concentrado en un solo punto, fue un error de diseño de Student: la dispersión de fuerzas sobre tres objetivos diferentes y distantes entre sí (aeródromos de Maléme, Zona La Canea-Valle prisión- Suda, aeródromo de Rethimno y Aeródromo de Heraklion). Si a eso le unimos la falta de coordinación entre los ataques aéreos previos (hubo dos horas de latencia entre el bombardeo previo y el lanzamiento de paracaidistas), pues podremos entender el porqué de tantas bajas entre los paracaidistas alemanes. .

Los irregulares cretenses (mujeres y ancianos incluidos), lucharon bravamente, con palos, porras, cuchillos, viejos fusiles máuser de las guerras otomanas, y  con las armas tomadas a los alemanes muertos o heridos.

“Merkur” fue la última vez que los paracaidistas alemanes saltaron. Las muchas bajas causadas a la VII División Fallschirmjäger hicieron que nunca más interviniese como tal en el resto de la Segunda Guerra Mundial, tan sólo como infantería normal, combatiendo a gran nivel en diversos escenarios (Stalingrado, Montecassino).

Palabras clave español: Creta, asalto, aerotransportado, paracaidistas, segunda, guerra, mundial.

 

Abstracts

As Adolf Hitler conquered most of the European continent in 1939-1941, the small island of Crete in the Mediterranean Sea became vital to future operations in the Mediterranean region for both the Axis and Allied powers.

Hitler did not capitalize on the pirric victory in Crete by using the island as a stepping-stone, ultimately controlling the eastern Mediterranean region because he was hypnotized by the invasion of Russia.

76th anniversary of the airborne Assault on Crete, a battle that lasted from May 20 to June 1, 1941.

The German Pyrrhic victory consists of tithing the VII Parachutist Division (Fallschirmjäger) and especially the the so-called "Sturm Regiment" or assault regiment, which had dramatically high casualties, especially the first day of combat.

The operation was in charge of the Luftflotte in charge of the General Lohr and the design of the same, with three attacks to the aerodromes of the island, was designed by General Student.

The abandonment of the "Schwerpunkt" theory or concentrated attack in a single point was a design error of the General Student: the dispersion of forces on three different and distant targets (aerodromes of Maléme, Zone Chania-Valley prison- Suda, Rehtimno Airfield and Heraklion Airfield), coupled with the lack of coordination between the previous air strikes and, above all, the Allies' prior knowledge of the attack eliminated the surprise factor.

The cryptanalysts of Bletchley Park had broken the keys to the Enigma machine and knew "Mercury Operation" in advance. On the contrary, the German Intelligence (Abwehr) underestimated the allied forces giving by good the number of 5000 soldiers, when the number was eight times greater.

In spite of the bad omens and the dispersion of forces in three different non-coordinated attacks, the capture of Maleme aerodrome by a poor coordination in the chain of allied command allowed that the morning of the 21 of May, landed the 5 division Of mountain hunters, commanded by General Ridel, who was decisive factor for the taking of the Island by the Axis.

German casualties, over 80% on the first day of battle, were mainly due to the descent process. Bypassing the elemental rules of the war, three battalions were practically exterminated before falling to land, even though they jumped to 90- 120-150 meters in height those 20-45 seconds of descent were decisive to exterminate to three battalions to throw all the metal to them of the well camouflaged positions of the 5 New Zealand Brigade (Maleme), Australian Regiment (Rethymno) and allied troops in Heraklion.

Cretan irregular forces played a key role in the fierce defense, resulting in cases of mutilation and murder of inert prisoners (hanging from trees). This gave rise to a series of punitive measures of the Germans on the civil population a posteriori, being estimated in 1035 the executed ones.

 German casualties in Operation Mercury exceeded all Wehrmacht casualties in the previous 21 months (campaigns in France, the Netherlands, Norway, Poland, Yugoslavia) and the Fallschrimjäger were never  used  again in attacks, and were only performed As units of infantry (Montecassino, Stalingrad, Normandy).

 

 

Key words. Crete, airborne, assault, World, War, Two,

 

 

 




TITULO: Asalto aerotransportado a Creta (“Unternehmen Merkur”): 76 años después.

Por Juan Carlos López Corbalán

 

INTRODUCCIÓN

El pasado 20 de mayo se cumplieron 76 años del ataque aerotransportado a Creta (“Unternehmen Merkur”), la mayor operación aerotransportada de la historia. Hasta ése momento nunca se había conquistado una isla sin desembarco anfibio.

“Merkur” era una decisión fundamentalmente de Göering y Jeschinek para no perder protagonismo, aunque parece ser (1) que Hitler no estaba especialmente interesado en los Balcanes como teatro de operaciones, salvo para asegurar los flancos ante el inminente ataque a Rusia que tenía preparado con mucha antelación.

Los paracaidistas alemanes habían saltado un año antes en Bélgica y Schiphol, en Holanda. Sin oposición, con pocas bajas. La fortaleza de Eben Emael, que se consideraba inexpugnable, la reventaron en cinco horas los hombres del capitán Witzig.

Esta vez iba a ser diferente. Les estaban esperando. No iba a ser un salto fácil como en Corinto, un mes antes. Ahora los paracaidistas alemanes iban a sufrir muchísimo.

“Merkur” fue un casi fracaso. ¿Por qué? Pues porque no hubo factor sorpresa. Los aliados tenían ULTRA. Habían descifrado sus sistemas de encriptación y la Máquina Enigma. Todas las órdenes y planes de batalla las conocían por adelantado.

 
 Fig.1 : La máquina Enigma de encriptación usada por la Wehrmacht  desde 1923.


Los aliados habían descifrado las claves secretas alemanas por el buen hacer de los criptoanalistas de Bletchey Park, con el matemático Allan Turing al frente. Sabido es que ése científico usó unas máquinas llamadas “Colossus” y “Bomber” para descifrar, la máquina de claves alemana Enigma.   Parte del mérito habría también  que ponerlo en el haber de los servicios secretos polacos que ya  habían estudiado a fondo el sistema de encriptado alemán y entregaron a los británicos tres ejemplares de “Enigma” después de ser invadidos. Las Enigma de la OKW tenían tres cilindros de cinco intercambiables, mientras que las Enigma de la Kriegsmarine eran unas máquinas más perfecionada con cinco rotores de siete posibles, que se intercambiaban según unas pautas y manuales.

Hubo además un golpe de suerte; de un submarino alemán a punto de hundirse fue abordado y los británicos lograron rescatar el manual de claves de enigma y los códigos de los 2 meses siguientes.

Por el contrario la Abwehr de Canaris, la Inteligencia alemana fue un desastre. Pensaban que la población civil iba a permanecer anfótera, neutral o poco combativa. Los vuelos de reconocimiento no detectaron las bien camufladas posiciones enemigas y los alemanes esperaban una guarnición de 5000 hombres como mucho, cuando había 8 veces esa cantidad, más 18 tanques ligeros y 4 tanques “modelo I”, 14 bofors, 34 cañones antiaéreos y baterías navales. A eso le sumamos que los cretenses estuvieron muy motivados, defendieron su terruño de forma enfurecida, clamando por la llegada de la Quinta División Cretense (que estaba en Albania, luchando). Un latiguillo que se repitió los tres años siguientes de ocupación alemana entre los cretenses era “si la Quinta División hubiera estado aquí, esto no nos habría pasado”.

Los 11.786 soldados griegos estacionados en Creta estaban muy altos de moral, aunque sólo tenían viejos fusiles máuser de guerras contra el turco, y escasa munición. Según la bibliografía consultada los batallones griegos tenían entre 5 y 30 balas por fusil. Por el contrario los alemanes tenían un mejor equipamiento con mayor potencia de fuego con las ametralladoras Schmeisser.

A la guarnición original de los aliados en Creta (unos 5000 hombres), se añadieron las tropas que habían sido evacuadas de Grecia continental desde El Pireo, Kalamata, Momemvasia, Eleusis, evacuados a malas por la Royal Navy, habían tenido que dejar mucho del equipamiento pesado atrás en su precipitada huida del Peloponeso.

Gran parte de la victoria alemana en Creta se debió a la superioridad aérea absoluta que los alemanes tuvieron durante toda la batalla. Los pocos aviones ingleses que había fueron retirados un día antes y la presencia de la RAF fue testimonial durante toda la batalla. El comandante de la Fuerza aérea alemana era Wólfram Von Richthofen, primo del famoso " Barón Rojo".



Fig. 2 Von Richthofen  (Foto Bunderarchiv Koblenz).

Richthofen disponía de más de 1300 aviones. A saber: entre 500 y 600 transportes Ju- 52, lentos, pero efectivos aviones de transporte, 100 planeadores capaces de transportar cada uno a 10 hombres y su equipo, tenía dos escuadrillas de 150 stukas (Ju 87 Sturzkämpfflieger), una escuadrilla de 90 cazas monomotores Messerchmidt 109, y otra de 90 cazas bimotores Messerchmidt 110; igualmente 300 caza bombarderos Ju 88, y Heinkel 111. Y, finalmente, 40 aparatos de reconocimiento del tipo Storch Fieseler.

El papel que jugó la completa superioridad aérea alemana en la batalla es muy importante. Consiguieron que, de las 30.000 toneladas de material enviado por vía marítima, sólo 2700 toneladas llegasen a Creta.

Los soldados aliados se referían a la aviación alemana con sordina  (“here comes Jerry”); era la jerga que anunciaba los continuos ataques alemanes que favorecería errores en las decisiones de los aliados a base de interferir las órdenes y la toma de decisiones. Durante el día los soldados aliados estaban la mayor parte del tiempo en las trincheras (7), sin apenas poder moverse.

La RAF prácticamente no existió en Creta. Sólo había una decena de aviones que fueron retirados para evitar su destrucción, horas antes, el día 19 de mayo. En mitad de la batalla, el día 24 se enviaron 15 aviones para intentar contrarrestar el poderío aéreo alemán. Sólo uno llegó a combatir, el resto fueron derribados por la aplastante superioridad alemana o se estrellaron por fallos.

 

 

Desglosemos “Mercurio”, en 20 pasos.

1.”Mercurio” fue una operación de la Luftwaffe, lo que explica las reticencias del OKW (Ober Kommando des Wehrmacht). La operación fue diseñada por el general Kurt Student (condenado luego a 5 años de cárcel)  y mandada por el general Löhr (ejecutado en 1947, por crímenes de guerra como el bombardeo civil de Belgrado).  

Tras diez días de sangrientos combates, hubo retirada final de los aliados hacía el pueblo de Skafiá, situado en la costa sur. Allí fueron recogidos (tercer reembarque, tercer “Dunkerque”), por la Royal Navy, quien pudo evacuar a 14.800 soldados. La guarnición de Heraklion, en la costa norte, salió por mar unos días antes, de noche y  antes de quedar cercados.

2. Victoria pírrica de los alemanes tras diez días de duros combates;  los cretenses lucharon con una ferocidad desconocida, y  les causaron  más bajas a la Wehrmacht en Creta  que en los 23 meses de guerra previos.

Hitler autorizó la operación con la condición de que no debía en ninguna manera interferir con los preparativos de la “Operación Barbarroja”, e insistió en que era imprescindible terminar con las operaciones en Creta a más tardar a finales de mayo de 1941. Prefería Malta como objetivo, pero cedió finalmente porque, según Student, en Malta la concentración de tropas en una isla tan pequeña iba a causar una gran mortandad, mientras que Creta tenía más de trescientos kilómetros de costa para desembarcar. Hitler finalmente firmó la directiva el 25 de Abril aunque anticipó que “habría muchas bajas” (1). Todo ésto según el ex capitán inglés y oficial de inteligencia, Liddel Hart historiador británico muy afamado y  poco sospechoso de ser pro nazi. Después de “Merkur”, Hitler no utilizó nunca más a los paracaidistas, de facto podríamos decir que fue una derrota estratégica porque no utilizó Creta para dar nuevo impulso a las operaciones en el Mediterráneo (ataque a Chipre, a Palestina, a Egipto o a Iraq). Hitler puso punto final a la  campaña de los Balcanes en Creta y se dedicó a la Operación Barbarroja, al contrario que los aliados que empezaron a interesarse por dichos cuerpos, y que luego los usaron en la “Operación Market Garden” (donde el general Student se tomó cumplida revancha dejando fuera de juego a la División británica en el puente de Arnhem); o en Normandía, donde la 101 y la 82 Aerotransportada jugaron un papel importante cubriendo los flancos de la “Operación Overlord.”.

3 Distribución de tropas en Creta.

    1. Alemanes: Grupos de batalla en la Operación Mercurio.

Aproximadamente 22.000 soldados. 750 efectivos en planeadores de asalto, diez mil paracaidistas, cinco mil soldados de montaña aerotransportados y siete mil de un desembarco anfibio que nunca llegó a realizar, tras las dos batallas navales del 21 y 22 de mayo del 1941. 

Aunque esos 7000 soldados nunca desembarcaron, sí que “fijaron” posiciones de un gran número de tropas inglesas, ya que el general Freyberg siempre estuvo muy  supeditado a los informes de ULTRA que le indicaban la segura presencia de tropas anfibias. Si esos 5 batallones se hubiesen empleado en el contraataque de la noche del 20 de mayo, posiblemente la isla hubiera  permanecido en manos inglesas.

La “Operación Mercurio” se dirigió desde el Hotel Grande Bretagne, de Atenas.

Student realizó tres zonas de lanzamientos, pensando en más en el factor sorpresa (la elección lógica hubiera sido Máleme). El arriesgó y dividió sus tropas lanzándolas también en Rethimno, donde los australianos situados en las colinas A y B dieron buena cuenta de ellos, enterraron a 400 y sólo tuvieron 50 bajas; y en Heraklion, donde tampoco se logró el objetivo.

Tropas alemanas

      1. Grupo Centro, nombre código: Marte, jefe el. Generalmajor Wilhelm Süssman (muerto al estrellarse su planeador a mitad de camino); su objetivo era Xania.


Fig. 3 . General Süssman. (Foto Bundesarchiv Koblenz).

      1. Grupo Oeste, nombre código Cometa, Jefe  Generalmajor Eugen Meindl (herido grave en el pecho, evacuado gracias al valor de dos aviadores, al día siguiente.


Fig. 4. General Meindl. ( Foto Bundesarchiv Koblenz),

 

3.1.3  Grupo Este, nombre código Orión .Coronel Bruno Bräuer (sobrevivió, luego fue comandante en Jefe de la isla). Objetivo: Heraklion.

Cada grupo se subdividía  en;

3.1.3.1. Regimentsstab (comandante Braun).

Sede del batallón aerotransportado (Bataillonsstab I. /Luftlande-Sturm-Regiment) (el comandante Braun cayó en Platanias, muerto antes de salir de su planeador. (4) y (41).

El Sturm Regiment o Regimiento de ataque tenía 4 compañías de 600 soldados, a diferencia de los otros regimientos que  tenían  sólo550 soldados por  compañía. Su emblema era éste:








Fig. 5. Emblema del Sturm Regiment  (Tomado de Mundo Historia).

Comandante Heilmanns: Cayó en la zona de Karatson/ Monodhemdri: Aproximadamente 350 hombres se entremezclaron con unidades de los batallones del comandante Depra y Von der Heyte. (5) y (42).

El comandante Scherber (III batallón) llevaba 4 compañías para formar el lado este de la pinza que debería de converger sobre el aeródromo. Tuvo la mala fortuna de caer encima de los ingenieros neozelandeses que  causaron gran mortandad entre sus compañía.

El comandante Braun cayó en Platanias. Muerto antes de salir de su planeador. (41)

El comandante Koch, con sus 750 soldados en planeadores, cayó entre Pirgos y Platanias, tenía las órdenes de formar la pinza “este” que convergería sobre el aeródromo. (43) Muerto en ésta operación. (6).

La toma del libro de claves hizo que en varias ocasiones, los aliados recibieran de los aviones alemanes pertrechos y municiones, simplemente diciéndoles donde querían que les enviasen municiones. Eso se solucionó varios días después.

 

Grupo de Asalto (Stosstrupp)  Brücke (teniente Schächter y teniente Trebes). Sólo sobrevivió Trebes, que fue el que inició, horas más tarde el asalto a la colina 107. También fue el oficial que dirigió los piquetes de ejecución de al menos sesenta civiles, en la aldea de Kondomari.
 

Fig. 6.  Fusilamientos de Kondomari. Fotos tomadas por el  reportero alemán Franz Peter Weixler (Foto Bundesarchiv Koblenz).




Fig. 7. Fusilamientos de Kondomari. Fotos tomadas por el  reportero alemán Franz Peter Weixler (Foto Bundesarchiv Koblenz).

 

3.1.3.2. / Grupo de desembarco I del Regimiento de ataque (Luftlande-Sturm-Regiment). Teniente. Plessen, muerto en ésta operación (2).

3.1.3.3  Grupo de desembarco2 Luftlande-Sturm-Regiment. Comandante Stenzler. Sus dos compañías intentaron atacar la colina 107, al sur de Maleme, infructuosamente. De manera general, todos los planeadores y paracaidistas que cayeron en la franja occidental sobre el curso del Río Tavromitis sobrevivieron, pero los componentes que cayeron en la “pinza Este” que debía de converger sobre el aeródromo fueron rápidamente exterminados.

3.1.3.4 Grupo de desembarco 3 Luftlande-Sturm-Regiment. Comandante Scherber. Su grupo cayó prácticamente encima de los componentes de la Quinta brigada neozelandesa, en concreto su batallón número 23, y fueron exterminados en pocos minutos (3). La mayoría llegaron muertos a tierra asesinados en los segundos de descenso; habían saltado entre 90 y 120 metros de altura, con una velocidad de a cuatro metros por segundo, (hagan los cálculos: 30-40 segundos de pesadilla). Una vez en tierra, tenían que reagruparse, soltarse el arnés y recoger los equipos pesados que iban en otro contenedor (paracaídas de color blanco).

Un ejemplo de la metódica aproximación al escenario de guerra es que los alemanes tenían los colores asignados según fueran oficiales (paracaídas color violeta), paracaídas con armas y municiones fuesen (color blanco) y algunos negro Los oficiales aliados dieron orden de “disparar” a los pies.

3.1.3.5 Grupo de desembarco 4 Luftlande-Sturm-Regiment, (capitán Gericke). Sobrevivió a ésta batalla y, treinta años más tarde, ya como general, se implicó en crear una Asociación llamada  Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge (VDK) para crear un cementerio, en 1972 para que descansasen los 4662 paracaidistas muertos en Maleme.

3.1.3.6 Grupo ametralladoras (Falls chirm-MG-Bataillon), (tenienteTheuerling).

3, 1, 3, 7 Grupo Fallschirm-Artillerie-Abteilung, (capitán Schramm).

3.1.3.8. Grupo sanitario, Fallschirm-Sanitäts-Abteilung , (Dr. Dietzel).

3.2 Grupo Centro (Segundo desembarco) TG Generalleutnant Süssman; muerto en ésta operación, al romperse el cable del planeador y precipitarse sobre el Egeo.

3.2.1 Grupo de desembarco 1.Luftlande-Sturm-Regiment, (teniente Genz).

3.2.2 Grupo de desembarco 2 Luftlande-Sturm-Regiment (capitán Altmann), sus hombres cayeron cerca del cauce del  Akrotiri,  seis planeadores cayeron cerca de la tumba de Venizelos en Profitilias.Nunca se encontró el cuerpo del capitán Altmann.

En general los paracaisdistas que cayeron al oeste del cauce del río sobrevivieron, se ampararon en dicho cauce y posteriormente al día siguiente tres aviones lograron aterrizar en el cauce, con lo cual elevó su moral y el número de soldados y empezaron a presionar a los neozelandeses. Por el contrario, los grupos que cayeron en la pinza este del aeródromo fueron masacrados durante el descenso y en los minutos subsiguientes, quedando sólo algunas bolsas de resistencia que  fueron paulatinamente eliminadas.

Al día siguiente aterrizaron varios Ju 52 con los primeros contingentes de la 5 División Gebirgsjäger y 550 hombres del duro y experto coronel Raecke.




Fig. 8. Coronel Raecke, condecorando a un soldado.( Fuente Bundesarchiv Koblenz).

que reforzaron todo el sector occidental, limpiaron las pistas de obstáculos y permitieron un tránsito continuo de transportes. Unos 20 por hora. El tiempo estimado que tenían era de 110 segundos para aterrizar, sin parar los motores, soltar su carga de 10-12 soldados bien municionados y, sin parar motores, volver a despegar. Pese a ello, muchos de ellos fueron abatidos o tocados en tierra. Beevor da una estimación de 150 transportes perdidos. Otros autores (4), dicen que entre 250-280, pero seguramente incluyen también los cazas y cazabombarderos abatidos por la DAC.

    1. Jefe del regimiento Stab/Fallschirm-Jäger-Regiment, (coronel Heidrich).Presionó a uno de sus subalternos, el comandante Derpa, para que tomase las alturas de Galatás, en una durísima batalla. Le acusó de cobardía y le amenazó con un consejo de guerra. La historia del comandante Derpa se cuenta 10 párrafos más adelante. Murió al frente de sus hombres en Galatás, la mañana del día 23 de mayo.
       
       

      Fig. 9. Tumba comandante Derpa, la  primera a la derecha. (Foto Bundesarchiv Koblenz)

3.3.1 Fallschirm-Jäger-Regiment 3 (capitán Freiherr von der Heydte). Einer- su nombre de pila- sobrevivió a la batalla. Era buen amigo de Patrick Leight Fermor, desde 1934, Fermor  era un oficial británico y escritor inglés que estaba combatiendo en el bando contrario a pocos kilómetros de él, en Heraklion. Ambos sobrevivieron a la batalla. Después de la guerra mantuvieron la buena amistad.

Einer era un declarado anti nazi e hizo carrera como Diplomático y le escribió a Fermor una carta muy amistosa desde Etiopía, uno de sus muchos destinos. Sobre Farmor se podría escribir un libro, pues era la reencarnación de un Lord Byron moderno. Hoy no toca.

3.3.2 Fallschirm-Jäger-Regiment 3 (comandante Derpa), muerto en ésta operación tras haber sido acusado de cobardía por el coronel Heidrich. Derpa, con rostro macilento pálido y desencajado, pero controlando su ira, le dijo “No se trata de mi propia vida, señor; estoy pensando en las vidas de los soldados de los que soy responsable. Mi vida la daría contento”. (50)”, al día siguiente - día  22 de mayo- cayó luchando con sus hombres.

3.3.3 Fallschirm-Jäger-Regiment 3 (comandante Heilmann).

3.3.3.4 Grupo ametrallador  Fallschirm-MG-Bataillon, (capitán Schmidt).

3.3.3.5 Pionier, (comandante Liebach).

3.3.3.6  Grupo Sanitario, (Dr. Mallison).

3.4 Grupo Oeste TG teniente general (Generalleutnant) Julius  Ringel.Austríaco, con una barba característica de chivo. Duro y efectivo. Tenía un lema: “el sudor salva vidas“.

3.4.1 Stab/Fallschirm-Jäger-Regiment 1 (coronel Bräuer). Iban muy enfadado, porque por imponderables diversos y porque se habían perdido muchos transportes, no pudo saltar con todos sus hombres (se habían dejado a 600 de ellos en los aeródromos de la Grecia Continental). Sobrevivió al lanzamiento. Posteriormente llegó a ser Gobernador de la isla, tras el secuestro del general Krieppe. Fumador empedernido, y jefe eficaz y profesional, fue ajusticiado el 20 de mayo de 1947. Justo en el sexto aniversario de la batalla.

3.4.1.1Fallschirm-Jäger-Regiment 1, (comandante Walther).

3.4.1.2 Fallschirm-Jäger-Regiment 1 , (capitán Burckhardt).

3.4.1.3Fallschirm-Jäger-Regiment 1, (comandante Schulz); tuvo suerte, el hecho de saltar el primero en saltar le salvó de morir porque su Junker fue abatido con la mitad de la cordada dentro. Logró reagrupar a sus hombres y atacar la puerta canea de Heraklion. Logró rendir la ciudad amenazando al alcaide. Pero ésa conquista fue evanescente. Terminaron ganando la batalla gracias al bombardeo a que sometieron a la principal ciudad de Creta, Heraklion (que por entonces contaba con 35.000 habitantes) y era la principal ciudad cretense.

3.4.1.4 Fallschirm-Jäger-Regiment 2,  (capitan Schirmer).

3.4.1.5 MG-Batallón. Grupo ametrallador. Jefe desconocido.

3.4.1.6 Grupo sanitario Fallschirm-Sanitäts-Abteilung ,(Dr. Langemeyer).

 



4. Aliados.

Los Aliados con un total de 42251 soldados; (15.000 británicos, 11.451 griegos, 7.100 australianos y 6.700 neozelandeses). Los griegos estaban mal armados (viejos  fusiles máuser) y escasos de municiones, pero tenían una moral de combate envidiable. Venían insuflados del espíritu patriótico de los evzones y escribieron un par de episodios sorprendentes cargando contra los alemanes al son de sus gritos de guerra. Igualmente resistieron en plena desbandada de los aliados, en Alikou, ganando un tiempo precioso que permitió que los ingleses pudieran escapar y ser reembarcados. Luego, los canales de youtube ponen a los grupos de comandos ingleses que defendía Imbross como héroes épicos, pero olvidaron todos a éstos humildes  soldados griegos, los verdaderos héroes de la batalla.

El número de soldados aliados se presta a equívoco; algunos videos de YouTube muy antiguos dan la cifra de 27.500, cuando en realidad eran más de 31.500, de los cuales una gran parte provenían de la evacuación del continente griego y habían venido sin armamento pesado, sólo con tommy gun, metralletas bren y pistolas. Tenían 18 carros ligeros  (y cuatro tanques modelo“I”) que jugaron un escaso papel en la contienda, ya que o bien sufrieron fallos mecánicos, o bien no supieron ser utilizados adecuadamente.Los australianos estaba desplegados en Retimno, entre ellos estaban los veteranos de Bardia, que nunca habían sido derrotados. Tipos duros y bragados, la mayoría granjeros provenientes del outback. Autosuficientes y llenos de coraje. El brigadier Casey, su jefe, tenía verdaderos problemas  para mantener la uniformidad y la compostura de su tropa. Los aussies, en algunos  momentos puntales, estaban más cerca de ser un grupo anárquico mezcla de bandoleros y grupo de maleantes más que una unidad de combate. Incluso hubo un par de asesinatos, ya que se llegaba a disparar a quien encendiese cerillas o luces por la noche, por el temor a los ataques nocturno. Ya hemos incidido en que, el constante ataque de los aviones alemanes llegó a desequilibrar emocionalmente a muchos soldados.

Freyberg sabía por ULTRA que iba a haber un desembarco anfibio de 7000 soldados en la Bahía de Suda .Pero tenían que usar la información de forma cauta para evitar que los alemanes sospechasen que las claves de enigma habían sido desencrptadas  Y no se conocía exactamente cuántas divisiones paracaidistas tenían los alemanes (se llegó a pensar que tenían  4, cuando en realidad sólo había una, la VII División).

Igualmente se pensaba que la  División Aérea 22, también al mando de Lohr, intervendría. En realidad, por un problema de logística se quedó defendiendo los vitales pozos petrolíferos de Ploesti (Rumanía). Esta información confidencial  condicionó en todo momento al general Freyberg, honesto y querido por sus soldados, pero que estaba en una posición incómoda en una guerra de egos en la cadena de mando aliada.

 



Fig.10. General neozelandes Freyberg, arengando a sus tropas. ( Foto Bundesarchiv Koblenz).

Freyberg había sido elegido expresamente por Churchill y eso levantó ampollas (vanitas, vanitatis) entre otros brigadieres. Los autores anglosajones Clark, Beevor Buckley y demás, se pasan doscientas páginas hablándonos de sus rencillas, de sus tiquismiquis y de sus luchas internas. Pero la realidad es que Creta la perdieron los aliados porque, pese a estar en unas pésimas condiciones de lucha, los paracaidistas alemanes demostraron que, en igualdad de condiciones, eran mejores soldados. Y con arrojo, disciplina y algo -también- de suerte, se llevaron la batalla.

Son mayoría los autores anglosajones quienes ponen por excusa el que las condiciones de las transmisiones no eran buenas entre las diversas unidades aliadas. Puede que no fuesen perfectas las comunicaciones y es verdad que el acoso continuo de los aviones alemanes obstaculizó enormemente las transmisiones y los movimientos, ya que estaban continuamente siendo masacrados desde el aire, pero los paracaidistas alemanes tampoco estaba mejor, especialmente las primeras noches. No tenían agua, llevaban combatiendo desde el amanecer, estaban muchos de ellos deshidratados por el consumo de benzedrinas, desorganizados, con la mayoría de sus jefes y oficiales muertos y heridos; sin contacto entre ellos. Algunos destacamentos, como el del teniente Mürbe fueron asesinados en Kastelli en menos de dos horas. Aterrizaron a las 8,15 setenta y dos soldados y a las 11 de la mañana sólo quedaban 17 vivos (en la cárcel del pueblo) donde, los británicos les protegieron de la turba de cretenses indignados que querían cortarles el cuello. Según Clark, “un incidente aislado”.

5. La clave de la batalla, fue la toma del aeródromo de Maléme de forma sorprendente y heroica por un puñado de paracaidistas alemanes al mando de un mando poco común el oficial médico Heinrich Neumann y el teniente Horst Trebes.

 

Fig. 11 teniente Trebes, a la derecha.  (Foto Bundesarchiv Koblenz).

 

Neumann era un oficial atípico que ya daba muestras de su ardor guerrero en la Guerra Civil Española, donde a menudo abandonaba sus deberes sanitarios para ponerse de artillero de cola en los aviones de la Legión Cóndor. Después de 20 misiones, le obligaron a quedarse en su botiquín y no ir de héroe. Pero en Maléme, el inquieto facultativo se dio cuenta que el 90 % de los oficiales alemanes habían sido masacrados, decidió asumir el riesgo, recondujo el ataque sobre la Cota 107 y reagrupó a un grupo de unos 150-200 paracaidistas, atacó y…le sonrió la victoria. Se le concedió la Eisen Kreutz (Cruz de Hierro) más tarde por ésta acción de Máleme  (10). Indudablemente influyó que 550 paracaidistas al frente del coronel Raemcke  entraron en combate muy oportunamente, además de tres aviones que lograron aterrizar en el  flanco oeste del escenario, a menos  de 2,5 km de la cota 105.

Máleme y sus alrededores estaban defendidos por el 22° batallón neozelandés, a las órdenes del teniente coronel Andrew. Cuando vio que las comunicaciones con el Cuartel General habían sido cortadas, dio la orden de que se retirasen durante la noche. Su retirada a las cuatro y media de la mañana acarreó la pérdida de Creta.

Merkur” pudo ser un fracaso total y absoluto si los aliados hubieran contraatacado la noche del 20 de mayo en Maleme sobre los 175 paracaidistas alemanes sobrevivientes, pero dicho contraataque no se produjo. ¿Por qué? Posiblemente a allí estuvo el nudo gordiano de la batalla.

Sólo en la tarde-noche del 20 de mayo, es cuando Student se da cuenta  de que los aliados les estaban esperando, que las cosas han ido mal. Hasta entonces sólo se habían informado de 7 transportes derribados y se pensaba que “Merkur” iba bien.

Esa noche, en el Hotel Grand Bretagne de Atenas, llegan las malas noticias. No hay sorpresa y las bajas son elevadas. Student duda entre cancelar o no la operación.

Student duda entre abortar o no “Merkur”. Tiene  delante de él a Julius Ringel, el general al  mando de los tiroleses de la Gebirgsjäger número 22; medita y finalmente, toma su decisión.

“Mañana vuela Vd. a Creta con su 5ª División de Montaña” (11). Ringel era austríaco, duro, efectivo, buen cazador de íbices. Posteriormente, cuando sea Gobernador de Creta será hombre afable al trato, amante de las antigüedades (los responsables del Museo Arqueológico de Heraklion le siguen reclamando piezas de arte), simpatizante del teatro, se encargó de organizar representaciones de Aristófanes o Sófocles durante el período de ocupación hasta 1945.

 



Fig. 12. General Ringel. (Foto Bundesarchiv Koblenz).

 

Tuvo que ser, sin duda una decisión difícil, pero Ringel (49) y su segundo el coronel Utz (12) pudieron aterrizar pese a que el control de aeródromo no era completo y había zonas del mismo donde podía llegar el fuego enemigo y se perdieron muchos transportes Ju-52,  excesivamente lentos y cargados cada uno con 12-14 soldados. Los Ju-52 eran los mismos aviones que empleó el ejército de África para pasar legionarios y moros del Marruecos español a la Península, el primer puente aéreo de la historia. Franco debe en parte el éxito de su revuelta a ésos aviones.

Si en vez de Kurt Student, hubiera sido otro general - tipo diletante crónico- de los que sólo actúan bajo condiciones ideales, (por ejemplo Montgomery, siempre melindroso y prudente; la única vez que se arriesgó, en Arnehm, le salió mal), posiblemente habría suspendido la operación y la batalla habría acabado allí.

El nudo gordiano de ésta tragedia estaba en el aeródromo de Maléme. Esa noche, si los neozelandeses hubieran contraatacado, posiblemente habrían barrido a los alemanes. Es fácil, ochenta años después, hacer una ucronía de lo que pudiera haber pasado, el típico latiguillo de “y si….”.

Las dudas inglesas en el contrataque se explican quizás porque el general Freyberg tenía una cadena de mando poco clara y bastante “política” (Creta había tenido previamente seis comandantes en Jefe desde el desembarco inglés en Noviembre del año anterior). La posición de Freyberg era débil y dependía del general Wawell en Egipto y directamente del Gabinete de Guerra, pero también tenía que informar directamente a su propio gobierno neozelandés. Había sido puesto al mando por Churchill, y sólo había tenido 3 semanas escasas para dirigir a sus soldados. Y lo peor: los egos estaban muy subidos. Freyberg, un heroico soldado en la Primera Guerra Mundial tenía a varios “gallitos” en su corral. Verbigracia: Weston (general de división, más alto en el escalafón, jefe del sector de la bahía de Suda), Barbrook, Wittman, Sandover, Walker, Laycock (jefe de los comandos o grupo Layforce, cortesano y alumno de Eton), y sobre todo, a Inglis (comandante de la 42  brigada neozelandesa) .Si no hay mando único, fracaso

Esta catatonía emocional de Freyberg hizo que siempre fuese por detrás de los acontecimientos.




Fig.13  Hitler y sus paracaidistas.

En el aeródromo de Maleme, los alemanes controlaban el aeródromo, menos la parte oriental de la pista, que seguía siendo batida por la artillería y el fuego directo de los morteros y ametralladoras de los neozelandeses, así como invadida por un fuerte viento procedente del mar que hacía tambalearse a los aviones.

De hecho muchos aparatos se estrellaron en la pista o resultaron derribados antes de tomar de tierra, pero a pesar de las dificultades, siguieron aterrizando 20 Junkers Ju 52 cada hora transportando 12-18 soldados cada uno con sus pertrechos y municiones al completo. Este flujo constante de tropas frescas  decidió la batalla de Creta.

El proceso de reembarque en Skafiá hubo escenas de heroísmo y de cobardía, pero casi ningún oficial de alto rango se quedó en la isla, Laycock, no. Fue el último en llegar y el primero en irse. Ahora se encuentran videos en YouTube haciéndole parecer como un héroe, cuando en realidad, abandonó a sus hombres. Todo lo contrario que el segundo Jefe de Layforce, Evelyn Waugh, quien casi podríamos decir que buscaba la muerte heroica en Creta. Waugh falleció en 1966, siendo ya escritor consagrado. Después de la guerra escribiría un libro muy duro sobre los elitistas  generales de Eton titulado “Oficiales y caballeros”, poniendo de chupa de dómine a Laycock a quien sibilinamente acusa de abandonar a sus hombres y ponerse a salvo, mientras que los australianos del 2/7 batallón se quedaron defendiendo el perímetro de defensa cuando finalmente se produjo la evacuación en el puerto de Skafiá, en la costa sur de Creta.

Los australianos, una vez decidida la batalla, y resignados a ser prisioneros de guerra, fueron los suficientemente valientes para mantener el cordón de seguridad mientras se embarcaba de forma preferente a las tropas con mayor capacidad de luchar, en el pueblo de Skafiá. Ellos y el regimiento griego que defendió Askifou y algunos comandos de Layforce en Imbross fueron los que combatieron para ir ganando tiempo y realizar una retirada ordenada para que otras unidades pudieran embarcarse con destino a Egipto.

 

6. La mayor mortandad entre los paracaidistas se produjo en las primeras horas del día 20, cuando los aliados disparan “a los pies de los paracaidistas”,  todo el metal que tienen a los soldados indefensos que descienden desde 90 ó 120 metros de altura. Una actuación contraria a las Leyes de la Guerra. La “caballerosidad inglesa”, su “fair play” y todas esas lindeza de las que tanto presumen, a la hora de la verdad, no existieron. Los alemanes tampoco cumplieron la Convención de Ginebra, eso también hay que decirlo. Y en Normandía también dispararon a los paracaidistas de la 101 y 82  aerotransportada.

Verbigracia: “les dimos la orden de que disparasen a las botas de los paracaidistas”;  “un huno cayó a menos de tres metros de mí. Llevaba la pistola en la mano y, sin ser consciente de lo que hacía, le pegué un tiro. Me acababa de reponer del susto cuando otro cuando otro casi me cae encima. Lo abatí mientras trataba de deshacerse de su arnés” (13).

“Un hombre gigantesco pegó un brinco con las manos levantadas, como si de un gorila se tratara, y gritó “manos arriba”. Yo repliqué “Mata a ése cabrón”, y el maorí lo abatió” (14).

“les disparas a su paracaídas (…) le haces un agujero y cae como una piedra contra el suelo” (15).




Fig.14.  Paracaidistas alemanes  muertos. (Fuente: Bundesarchiv Koblenz).

Los paracaidistas alemanes tenían un decálogo de actuación ( equivaldría a lo que ahora se llaman “ROEs”, rules of  engagement”).

En su artículo 3 se incidía de la importancia de mantener la boca cerrada y no chismorrear nada, ya que el enemigo podía escuchar conversaciones aparentemente insustanciales. A los soldados del renombrado “Sturm Regiment” se les prohibieron sus cánticos habituales (Rot scheint die Sonne, su himno) durante su traslado desde sus bases en Rumanía y Bulgaria hasta Tesalónica, por tren. Igualmente se les quitaron los emblemas y se les llevó de la forma lo más discreta posible a los diferentes puertos de embarque. Pero es altamente difícil movilizar 12.000 hombres a lo largo de la Europa ocupada sin despertar sospechas de los servicios de inteligencia. Otro artículo, el Noveno, de la “Biblia” de la VII División Paracaidista postulaba que al enemigo había que lucharle con nobleza, pero a las tropas partisanas e irregulares, ni agua.

Los alemanes esperaban una población neutral, y les sorprendió la resistencia de los cretenses. Otto Skorzeny en sus memorias se queja ampliamente de que había muchas filtraciones previas a las órdenes operativas y que estaban rodeados de traidores y de una red de espías llamada Die rote Kapelle; igualmente habla también bastante mal del Jefe de la Abwehr, el Almirante Canaris, (al que describe como un hombre oscuro, melindroso, sin expresión del que nunca sabes si sube o baja de una escalera). Y que “era como darle la mano a una medusa” (16).

7. Los irregulares cretenses lucharon contra los alemanes con  todo lo que tenían: viejos fusiles Máuser de las guerras contra los turcos, hoces, guadañas, cuchillos de cocina, palos.

Se describieron 29 casos de mutilaciones, aunque sólo se confirmaron 9 casos según la investigación judicial. Pero los soldados de la 5ª División de Montaña encontraron numerosos casos de ejecuciones sumarias con cadáveres de paracaidistas colgando inertes de los olivos con un tiro entre los dos ojos, y sin siquiera haberse quitado el arnés, lo que sugería un asesinato después de haberse rendido. Otros paracaidistas muertos presentaban signos claros de haberse rendido. Y eso luego encendió los deseos de venganza de los alemanes. Hubo matanzas en diversas aldeas de Creta por parte de los alemanes. De hecho, toda la isla está repleta de Monumentos en recuerdo a las víctimas (17).

8. En Creta la Kriegsmarine no existió. La Flota H en Gibraltar, y los navíos de Cunninghan en Alejandría, hicieron que quien controlase el mar fuese la Royal Navy (“Ron, sodomía y látigo”), según cita textual de Wiston Churchill. La jactanciosa frase de Mussolini de que “el Mar Mediterráneo es un mar italiano” era una bravata de mamporrero de lupanar. La Royal Navy dominaba las aguas, sabiamente dirigida desde Alejandría por el Almirante Sir Andrew Cunninghan. Ya habían derrotado a los italianos en Tarento y en la batalla del Cabo Matapán. Y después de dicha batalla naval, en la que perdieron tres cruceros y dos destructores, los italianos no volvieron a salir sin cobertura aérea. Y en la Supermarina además andaban muy escasos de combustible, y salieron poco a la mar .Su papel en Creta fue escaso y breve. Sólo al final, cuando la batalla estaba decidida, la Supermarina hizo un desembarco testimonial de 3000 soldados a Sitia, en la parte más alejada, la oriental, donde apenas hubo combates.

Sólo hubo dos gloriosas excepciones. Los destructores “Lupo” y “Sagittario”, que se enfrentaron de manera desigual a la Royal Navy en los dos combates navales del 21 y 22 de mayo.

8.1  En la primera batalla naval de Creta, la noche del 21 de mayo se enfrentaron tres cruceros de batalla ingleses contra una flotilla de caiques escoltada sólo por un destructor italiano, de pequeño tonelaje (679 TM), el Lupo. Cuando los 30 caiques son detectados por la flota de cruceros y destructores ingleses, el “Lupo” se lanza valientemente al ataque contra los tres cruceros de batalla de 8000 toneladas cada uno, deja una cortina de humo y los ataca con torpedos. Su valiente acción no impidió que los cruceros ingleses disparen a los caiques indefensos.

Los caiques pliegan las velas y los 2231 soldados de la 5 División de Montaña intentan ponerse de perfil, se esconden, levantan las manos y sacan bandera blanca. Los cruceros y destructores les arrojan plomo a unos pesqueros que no tenían  ninguna defensa posible y además, tirotean a los náufragos (20). Luego a manera de disculpa dicen los hijos de la Gran Bretaña, que “solamente mueren 311 y 13 oficiales (21) y otro historiador dice, a manera de disculpa, “pese a la intensidad del fuego, sólo murieron 327 hombres, el resto fueron recogidos por buques alemanes e hidroaviones Arado” (22)

 

8.2 Al día siguiente, cambian las tornas. La flota inglesa detecta otro convoy de caiques con la escolta del destructor “Sagittario”, comandado por el teniente Guiuseppe Cigala Lugosi. Cuando son detectados, echa una cortina de humo y se dispersan, huyendo. Los británicos, en una decisión que luego fue muy cuestionada, no les persiguen, pero son localizados por los aviones de Richtoffen. Esta vez, son los ingleses los que recién una durísima derrota a manos de la aviación alemana. Se hunde, con 725 hombres, el crucero Gloucester



Fig. 15. Hundimiento del Gluocester ( Foto Bundesarchiv Koblenz).

(Y el cuerpo de su comandante aparece 4 semanas después en Mersa Matruh, en las costas de Libia,fácilmente reconocible por las divisas de su empleo). Los ingleses reciben un severo castigo. Son echados a pique, entre otros el ya citado Gloucester, el Greyhound (con 83 muertos y 23heridos), el Fiji (276 entre muertos y desaparecidos) y severamente dañados, entre otros, el acorazado Warspite (19 muertos, 24 desaparecidos, 70 heridos), el acorazado Valiant, y los cruceros de batalla Carlisle (14 muertos y 25 heridos) y el navío australiano Naiad (7 muertos y 31 heridos). Después de esto, arrecian las críticas ya que según los expertos. “el mejor sitio para sufrir un bombardeo es estar en medio de los caiques enemigos”. (23).

La Convención de Ginebra tampoco la respetaron  los alemanes. En la batalla naval del día 22 de mayo en la que la Royal Navy fue vapuleada por los aviones de Richthofen se describe la muerte de 19 de ellos en una lancha salvavidas ametrallada por los Messerschmidt alemanes, sobreviviendo sólo un marinero, (24).

 



Fig.16. Cementerio en la Bahía de Suda ( Foto del Autor).

 


  Fig. 17. En los días posteriores a la batalla, y tras la conquista de la isla, hubo juicios sumarios sobre los casos de mutilaciones y asesinatos a paracaidistas que se habían rendido. Hubo 1039 cretenses fueron pasados por las armas. Y sólo 272 a consecuencia de sentencias condenatorias por medio de Tribunal.
Grecia está poblada de múltiples monumentos dedicados a los asesinados por los alemanes en la 2 Guerra Mundial.  (Foto del Autor). Es un Holocausto real, con nombres y apellidos, no como otros en los que basta con demostrar que estabas en Alemania antes de 1933 para, de forma automática, recibir una suculenta indemnización de guerra que se ha estado pagando religiosamente hasta hace pocos meses. Por el contrario, a los griegos, que lo único que hicieron fue defender su país, nadie, ninguna autoridad alemana les ha pagado nunca NADA, ni un euro.

9.  Los autores anglosajones llevan 75 años discutiendo acerca de la pérdida de Creta (25) Beevor dedica mas de 50 páginas en su libro a ello. Especialmente críticas  las horas del 20 de mayo por la noche en el aeródromo de Máleme, con los  alemanes agotados y sedientos por  la falta de agua y , previsiblemente, por el pervitin que algunos tomaron ( este uso de benzedrinas no está demostrado) , pero si hubiera habido un contraataque muy posiblemente hubieran sido  fácilmente derrotados. Freyberg tenía 5 batallones inactivos ( 26 ), y los alemanes llevaban 16 horas sin beber, dispersos y poco propicios a operaciones nocturnas y posiblemente se hubiera decantado la batalla del lado aliado. Lo que nadie duda ya es que los hechos del abandono de Maléme por parte de los Neozelandeses es poco explicable. Tenían dos compañías, la compañía D al mando del capitán Johnson y la compañía C al mando del capitán Campbell sólidamente posicionadas defendiendo el acceso al aeródromo de Máleme. Por una serie de errores en la cadena de mando, optaron por retirarse a las 04,30 h de la madrugada (“colgándose las botas al cuello y descalzos, para no hacer ruido”).

Esta retirada les puso en bandeja el aeródromo a los alemanes, salvo una pequeña parte de la pista que estaba a tiro de los aliados, lo que hizo que, a lo largo de los diez dias de la batalla, los lentos Ju-52 fueran abatidos en total entre 250 y 280 de ellos.

Hay una amplia horquilla de cifras en la bibliografía revisada, acerca de las pérdidas de los transportes alemanes; desde los autores que dan 125 transportes perdidos,hasta los que hablan de más de 400. Esas pérdidas de transportes se echarían en falta en Stalingrado, cuando la Lufftwaffe no pudo dar los suministros adecuados a las  cercadas tropas de Von Paulus.

 



Fig 18. Tropas de Cazadores de Montaña, 5 División Gebigrsjaeger, embarcando.

 

Esa fijacción de Freyberg con “protegerse” de un desembarco anfibio hizo que actuase muy cautamente y no contraatacase con rapidez. Esos batallones “fijados” e inactivos, le costaron la derrota, pese a conocer las intenciones del enemigo. Freyberg usaba con tanta cautela la información proveniente de ULTRA  que al final termino perdiendo la batalla por no decidirse.

Esto de “ no vaya a ser que el enemigo sepa que hemos reventado sus códigos”, tiene también, como todo, su justa medida. Pero es fácil hacer reflexiones de salón 75 años despues comodamente instalado en el sofá de tu casa. Había que estar allí, en el momento justo.

 



Fig. 19. Soldado desconocido.

 

10. La  Familia real griega había llegado a Creta el 22 de abril, después del derrumbe de la línea Metaxas. Se instalaron en Heraklion y luego a La Canea, en concreto el Rey Jorge II (Gorgos II) se había establecido en Perivolia, una localidad a unos pocos kilómetros al Sur de Xania (La Canea) convirtiendo a ése pueblito de pescadores de pocos miles de habitantes en la capital administrativa de Grecia. Estaban el Rey Jorge II, junto a su hermano el Principe Pedro y el príncipe Pablo, su esposa Federica con sus hijos Constantino y la pequeña Sofía (Σοφία Μαργαρίτα Βικτωρία Φρειδερίκη) que tenía en ésos momentos un año y medio), en una Villa llamada  “Bella cabina” (27), o Belakapina (28).  El día 2 de mayo deciden sacar a sus hijos en avión hasta Alejandría y luego a El Cairo

El día 19 de mayo, el Rey juzgó oportuno trasladarse a la casa de su primer ministro Tsouderos (29), (30) y (31). Esta decisión de irse 2 kilómetros más al sur fue providencial, la nueva residencia estaba  más próxima a la ruta de escape de las Montañas Blancas.



Fig. 20. Rey Jorge II.

El día 20 mayo, los paracaidistas empiezan a caer a menos de un kilómetro del rey Jorge II, que debe salir a uña de caballo, para no caer en manos de Hitler. El rey y su séqueito heterogéneo son escoltados por un pelotón de neozelandeses al mando del teniente Ryan. Le acompañan igualmente unos policías leales, el Gobernador del Banco de Grecia  Kyriacos Varvaressos (que sale con zapato de calle, luego se arrepentiría de ello, porque tuvieron que escalar la salvaje orografía de Creta con zapato fino), el capitán Volanis, el coronel Levidis y varios sirvientes mas, entre ellos Giannis Manouselis.A tan heterogéneo grupo se les unirán más tarde, por un corto espacio de tiempo de algunas horas, un grupo de “zebras” o presidiarios que habían salido de la Prisión en el Valle de Agia, dándole a la fuga un contenido surrealista.

A las seis de la tarde llegan a Therisson (32), aunque otro autor lo llama Cériso (33). Es una zona muy poco monárquica, de facto es la zona de influencia de los republicanos de Elefterios Venizelos y su intento de república del año 1909. Casi están a punto de ser agredidos porque no se sabe si son griegos o no y porque el rey va vestido con su traje de general, con vistosos atuedos rojos; no precisamente de incognito o que le hagan pasar fácilmente desapercibido.

Este heterogéneo grupo sigue corriendo a través de las montañas y la noche del 21 de mayo la pasan al raso, en un “mitaco” o refugio de pastores (34), donde el Rey se instala al raso y su hermano hace un pequeño hoyo en la tierra para conservar el calor. Hace un frío endiablado y se levantan a las 5,30. Prosiguen hasta llegar a la costa, a la localidad de Agia Rumali (no Skafia, como dicen otros historiadores). Allí logran contactar con el destructor HMS Decoy (que es un destructor de 1600 toneladas, no un crucero, como erróneamente dice Ilias Venezis en la recopilación efectuada (35). Finalmente, la madrugada del 23 de mayo, logran salir de Creta con destino a Alejandría.


 Fig. 21. Placa conmemorativa del Cementerio de la bahía de Suda (donde Churchill quería  “construir una segunda Scapa Flow”). (Foto del Autor).

 

11. Entre los muchos hechos heroicos sucedidos en ambos bandos en Creta, nos encontramos la muerte de los tres hermanos Von Blücher, de 24,19 y 17 años.  Wolfgang (con el empleo de teniente), Leberecht (cabo) y Hans–Joachim Graf Von Blücher (soldado raso).

En la lengua alemana, “Graf”  significa “conde”, y “von” es una partícula que va asociada a los títulos nobiliarios. Estos tres soldados estaban relacionados con el prusiano general Blücher de las guerras napoleónicas. Los tres hermanos murieron con diferencia de horas, regando con su sangre la rojiza  tierra cretense. (38)

Otros episodios épicos fueron las cargas a la bayoneta (con hojas de 45 centímetros) efectuada por los neozelandeses de 28 Batallón, maoríes que se lanzaron al ataque tras hacer sus hakas o gritos de guerra. O los gritos aleccionadores, antes de una carga, de su Jefe, el t. coronel Dittmer “ Call yourself bloody soldiers?” (39).

12. Aún hoy día encuentras, en las pequeñas aldeas de las montañas, fotos en sepia de guerrilleros o insurgentes que se tiraron al monte para mantener en jaque a la guarnición alemana. Se les llamaba  “andartes”)

La Resistencia fue de baja intensidad, pero ayudaron mucho a los miles de soldados que, después de la evacuación, se habían quedado vagando por las montañas dispuestos a pasar penalidades antes que  irse a un Campo de prisioneros. La Resistencia duró hasta 1945. Los principales líderes de la Resistencia fueron Manolis Banduvas, Manolis Paterakis (que intervino en el secuestro del general Kreipe en abril de 1944), el coronel Papadakis, el capitán Petrarkis y varios más, entre ellos uno llamado “Kapetan Satanas”, apoyados por varios oficiales ingleses que hablaban griego perfectamente por ser previamente en la vida civil eruditos profesores, arqueólogos o lingüistas, tales como Tom Dubabin, Xan Fielding o Patrick Fermor.

13. La superioridad aérea alemana fue notoria y un factor decisivo en la batalla. Basta  leer las memorias del teniente australiano Castair (49) para hacerse una idea de lo que era se continuamente ametrallado desde arriba. La imposibilidad de moverse y estar metido en la trinchera e incluso la imposibilidad de transmitir órdenes a pelotones que estaban tan sólo a  un par de cientos de metros de distancia.

Sorprende que los ingleses que sabía que las fuerzas del Eje de una manera u otra llegarían pronto a Creta; el 4 de mayo abandonaran los seis únicos aviones de caza presentes en la isla (tres biplanos Gladiator y tres Hurricane) para evitar su destrucción. La reacción británica fue la acertada porque diez días más tarde, el 14 de mayo, los aviones alemanes de la Luftwaffe bombardearon Creta durante seis jornadas hasta el 20 de mayo. También los germanos se encargaron ocupar varias islas adyacentes al sur del Mar Egeo como Kízira, Andikízira, Milos y Scarpantos que les servirían de apoyo logístico. Durante esta campaña aero-naval los alemanes se impondrían a sus enemigos derribando 36 aviones ingleses a costa de perder 23 aparatos propios y logrando que de las 27.000 toneladas de suministros enviadas por los Aliados desde Egipto, únicamente llegasen 3.000 a Creta.

14. Entre los paracaidistas alemanes que saltaron estaba el ex campeón del mundo de los pesos pesados Max Schmeling.




Fig. 22. Max Schmelling. Ex boxeador y ex Campeón del peso pesado.

 

Goebbels y sus mariachis lo presentaron como el arquetipo del superhombre, el fiel reflejo de la raza aria. Después de derrotar a Joe Lewis, se hizo amigo suyo y le ayudó económicamente durante muchos años. La propaganda de la Alemania Nazi  presentó a Max Schmelling como un superhombre, pero él, en realidad, era un tipo modesto  y buena persona, no un nazi pretencioso. Un autor anglosajón (45) intenta denostar su imagen y dice que el día del asalto le entró” mieditis” y pidió la baja médica. La lacónica respuesta de sus superiores es que se reportase de baja, pero que los servicios médicos iban en el mismo avión. Dudosa historia, porque Schmelling saltó, se rompió las piernas y tuvo que ser evacuado. Murió a los 100 años de edad en 2005, siendo muy querido por parte de sus compañeros.

15. En 2006 murió Jorge Psychoundakis, el protagonista de la famosa novela “The Cretan Runner” (46) Y decimos famosa porque le hizo la introducción el comando inglés Patrick Leigh Fermor (más conocido por sus alías de “Michali” o “Philedem”). Este cretense era un soldado humilde que tenía por misión llevar los mensajes a diversas zonas  de la isla. Podía  hacer 80-90 km sin esfuerzo por las empinadas montañas. En Creta las distancias no se miden en kilómetros, sino en días o jornadas, por las particularidades orográficas de la isla. Otros miembros de la Resistencia Cretense eran el capitán Petrakoyeorgis, Andreas Polentas, Manoli Bandouvas y el mismo Satanás. Y no es una metáfora, Kapetan Satanas era un guerrillero alto de barba blanca, que terminó muriendo de cáncer.

 16. Los historiadores británicos tienden a magnificar hechos vulgares y esconden sus vergüenzas  disfrazándolas de épica y  un romántico sentido de la aventura.

Verbigracia: en el episodio del secuestro del general Kriepe, que tuvo lugar en abril de 1944. A Kreippe le secuestraron en abril de 1944, justo el mismo día que ascendía a teniente general.  Venía del frente ruso y se pensaba que Creta iba a ser unas idílicas vacaciones en “Villa Ariedne”, cerca de Knossos. La historia es ampliamente conocida y no viene al caso. Hay publicados varios libros de como Patrick Leigh Fermor y 6 comandos  lo secuestraron, lo llevaron a las Montañas, compartieron 18 días en el secuestro y al final escapan en submarino.

Paddy Fermor, lo cuenta de forma bucólica y pastoril. Llama la atención que se hace amigo del general al recitar juntos las Odas de Horacio mientras subían las  nevadas laderas del Monte Ida y las gargantas de Creta, el general con un hombro dislocado y sudando a mares . Esto es verdad, pero no dicen que en dicho secuestro se asesinó de forma fría y desapasionada al chófer del general Krieppe. Unos años más tarde, se reencontraron todos en 1972 en la Televisión griega y tanto el general Kriepe, como sus captores se abrazaron y se desearon, sin odio, lo mejor. Nadie dijo nada del chófer, degollado salvajemente por uno de los seis o siete señores de edad provecta que se daban besos y abrazos ante las cámaras de la TV griega. 

El coronel Brauer, le dijo a Paddy Fermor, “a nosotros no nos hubiesen capturado tan fácilmente, Herr Major”.

Ambos, el cínico Brauer y el odioso comandante Müller fueron ajusticiados por crímenes de Guerra. O sea, por perder la guerra.

 

17. Bajas.

El tema bajas es siempre conflictivo, y varía bastante según autor y año de la publicación. En los libros editados hace relativamente tiempo se llegan a dar hasta 8000 bajas  de los alemanes. No cabe duda que Mercurio fue tuvo como consecuencia la destrucción de la capacidad operativa de la VII División paracaidista. El desastre de Creta seguramente desechó las ya remotas posibilidades de un ataque a Inglaterra, también puso final a la campaña de los Balcanes. Hitler ni se planteó otro asalto a Chipre, Alejandría, Palestina o Iraq. Desde el punto de vista estratégico, Creta fue una victoria aliada. Hitler tenía puestos sus ojos en Rusia y la inminente “Operación Barbarroja” y no explotó el teatro de operaciones del Mediterráneo, que tenía ya muy limitado desde que en la entrevista en Hendaya fracasara la Operación Félix (la toma del Peñón de Gibraltar

Beevor (47) indica que hubo 1856 muertos entre los paracaidistas sólo en el primer día otros autores  (48) cifran las bajas alemanas “entre 3986 y 6453”.

 


 

 Fig.23.  Sanidad militar  rudimentaria. En Maleme hay un Cementario alemán. De su mantenimiento se encarga el -Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge (VDK) que es una asociación humanitaria con sede en Kassel (Hesse). Según el VDK, son  4465 los cuerpos enterrados allí.

 

18. Otras fuentes (4, 5, 15 y 19) dan unas bajas ligeramente  inferiores, 6028 bajas entre alemanes e italianos. De las cuales 3988 muertos (2 de ellos italianos) y 2620 heridos. Los muertos reales en el cementerio de Maleme ya suman por si sólo 4465 muertos, por lo que estimamos que las bajas reales estarían  por encima de las 7000, incluyendo las bajas durante los años de la resistencia (1941-1945).

Mucho más graves serían las pérdidas en aviones, especialmente los muy necesarios Ju-52, que al principio solamente 7 de ellos fueron derribados en la primera ola, pero que al final de la batalla podríamos estimar entre 250-280 de dichos transportes derribados, Beevor los reduce a 150 transportes abatidos, lo que sería un tercio de los 600 iniciales de la Flota de Student y da como número total de aviones derribados 350 (50) y que luego serían muy necesarios en otros escenarios de guerra, como podría ser Stalingrado cuando Göering se postuló, orgulloso como un pavo real, a  suministrar los necesarios víveres a las cercadas tropas del Sexto Ejército o en la Bolsa  ( Kessel) de Vitebkts.

 

19. Por parte de los aliados.

El coste de la operación para los aliados fue de 1.742 aliados muertos y 1737heridos; otros autores (48) dan la cifra de 1915 muertos, 2000 heridos y 11.835 prisioneros.

Aviones: 23 cazas y 15 bombarderos, más de 230 toneladas de material pesado perdido.

Las mayores pérdidas las tuvo la Royal Navy. dejando la Mediterranean Fleet reducida a dos acorazados, tres cruceros y diecisiete destructores, algunos de ellos gravemente averiados.

La Royal Navy perdió 3 cruceros de batalla (Gloucester, Fiji y Calcutta), seis destructores; el Kelly (con Lord Mountbatten  en su cuarto naufragio durante la guerra, todo un record), Kashmir, Juno, Greyhound, Imperial y Hereward).

 Seriamente dañados los acorazados Barham, Formidable, Warspite y Valiant.

 Seis cruceros dañados: Ajax, Naiad (Australiano), Pert (Australiano), Orion, Dido y Carlisle.

 Siete destructores  dañados: Kelvin, Napier (australiano), Kingston, Nizam, Ilex yNubian y Havoc.

Número de soldados existentes en Creta 31.800 (sin contar a los 12.000 griegos). Otros autores (48) dan la cifra de  27.500 hombres.

Muertos: 1915, heridos 2000, desaparecidos 1759. Total 5674 bajas.

A esta cifra de bajas habría que sumarle las  2030 bajas de las operaciones realizadas por la Royal Navy (1074 muertos; 600 heridos y 356 desaparecidos. (24). Beevor da unas cifras similares; 1828 muertos y 183 heridos. Sin duda Beevor (51) incrementa el número de muertos nuestro (1024) sumándoles los  desaparecidos).

Por lo tanto hablamos de un total de bajas de 7704. Respecto al número de  tropas aliadas que fueron evacuadas satisfactoriamente de Skafiá y Heraklion, tenemos la cifra de 14.800 hombres. (48).

A nivel material: falta mencionar el armamento pesado que los aliados dejaron en Creta, los 16 carros de combate ligeros y los 8 medianos (“si es que los  carros tipo “I” se pueden considerar así) , más los cañones Bofors y las baterías de costa.

20. Prisioneros.

Esto nos deja que podríamos estimar que quedaron en Creta sin evacuar 10.796  soldados. Suponiendo que las estimaciones de soldados al inicio de la batalla fueran las que dice Blau (48) es decir 27.500 soldados y no 31.5000, tendríamos un número supuestamente dejados a su suerte en Creta de 10796 . Hay una notable discrepancia que nosotros no sabemos resolver. Asumiendo que un diez por ciento de ellos (lo cual es ya una cifra más artificialmente aumentada), pudiera llegar por sus propios medios o evacuados en submarino o en caiques particulares, nos quedaría que los aliados habrían  tenido entre 7000-8000 prisioneros de guerra,  cifra nada despreciable. ¿Dónde está la verdad?

Beevor da una cifra de 12.254 prisioneros, que parece bastante plausible.

Estos prisioneros fueron tratados correctamente en la mayoría de los casos, de hecho los guardianes alemanes estaban, sobre todo cuando la guerra iba bien, más pendientes de bañarse en el Mediterráneo y broncearse al sol que de cuidar que se escapasen. Muchos de ellos se tiraron al monte y otros recogían parte de su impedimenta y luego volvían al  “Lager”,  pese a las afirmaciones de Carstair en su libro de que fueron tiroteados y asesinados, eso debe tomarse dentro del contexto de un diario que el joven teniente australiano James Carstairs escribe (7) durante sus 5 meses de peripecias en la isla, sin contacto con el exterior.





Fig. 24. Una pausa en el combate ( Foto Bundesarchiv Koblenz).

 

 

 

 


 

 Fig. 25 Neozelandeses del  28 Batallón ( maorí) , en una carga. Aproximadamente 400 murieron en Maleme .Se hizo especialmente  famoso el 28 batallón  maorí, con sus hakas y gritos guerreros y sus furibundas cargas a la bayoneta ( 45 centímetros de hoja). Hay mucho de propaganda anglosajona al respecto. Testimonios de los oficiales alemanes indican que difícilmente se podía escuchar gritos guerreros en un combate con múltiples explosiones, granadas y fuego de fusilería, que pudiesen ser oídos a mas de 100 metros.  


Fig. 26.  Rendición  de dos soldados neozelandeses.. ( Foto Bundesarchiv Koblenz).



Fig. 27. Desfile posterior de los paracaidistas en Berlin. ( Foto Bundesarchiv Koblenz).






CONCLUSIÓN:

Victoria pírrica alemana, según la mayoría de Historiadores (“Historiker”) profesionales, curiosamente todos o casi todos de origen anglosajón. Larga es la manipulación histórica de los Hijos de la Gran Bretaña, que de derrotas sin contemplaciones se sacan hechos heroicos. Corrieron en Dunkirk, se deslizaron a sus navíos en Narvik, huyeron en Monembasia, se embarcaron en Kalamata, huyeron de El Pireo, salieron por patas de  Larissa, evadieron el combate en Termopilas de todo ello hacen  una épica batalla.

No tiene nada de heroico disparar a soldados que descienden en paracaídas a plena luz del día y que son blancos fáciles. Cuando las circunstancias de la batalla se igualaron, los alemanes demostraron ser mejores soldados, combatieron bien pese a haber perdido al 75 % de sus jefes y oficiales y lucharon con desesperación y, en un golpe de mano – o de suerte- lograron conquistar parte del aeródromo de Maleme; despejaron las pistas usando un tanque “I”  a modo de excavadora y a partir de ese momento empezaron a recibir refuerzos y el destino de Creta se decidió en ése momento.

En Alemania, nadie se atreve a rebatirles a los historiadores que no siguen la  línea dogmática de éste Nuevo Orden que se estableció tras la Segunda Guerra Mundial. Hay un estado de culpabilidad inconsciente, de ser los causantes de la Segunda Guerra Mundial y todos los días, la ZDF y sus acólitos se encargan de recordárselo a la población. Hay un monopolio de la  información que debe o no debe darse y ése control lo ejerce fundamentalmente el Institut für Zeitgeschichte” de Múnich.

Creta fue ciertamente una victoria alemana, pírrica, pero victoria; con aproximadamente 8000 bajas y la destrucción de su VII División  paracaidista, que no volvió a saltar en toda la guerra. Victoria estratégica  inglesa, porque Hitler puso punto y final a la campaña de los Balcanes en Creta y no usó la isla como "portaaviones" para atacar  sobre Chipre, Palestina, Irak o Egipto.

Fracaso personal de Churchill que había dado órdenes de resistir y mantener a todo trance la isla. Pérdida de 150 aviones de transporte de la Luftwaffe que luego serían muy necesarios en Rusia.

Y lo mejor: el admirable valor y resistencia del noble pueblo griego. Lucharon con palos, cuchillos, instrumentos de labranza y con las armas que les habían arrebatado a los propios alemanes.

La orografía de la isla, con montes de 2463 metros con nieves perpetuas, como el Monte Ida, hizo que nunca la isla  pudo ser completamente dominada por los  alemanes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fig.28.  Panorámica de la Bahía de Suda, donde Churchill pretendía hacer “una segunda Scapa Flow”. En realidad, fue una “segunda Gallípoli”.

 

BIBLIOGRAFIA

 

  1. LIDDEL HART , B.H. The German Generals Talk. Ed. Morrow Quill Paperbacks, London, 1979,Pág. 51.
  2. BEEVOR, Antony: Creta.La batalla y la resistencia.Editorial Crítica, Barcelona, 2009 pag.163
  3.  BEEVOR, Antony. Ibidem, pág.  165.
  4. CLARK,Allan: The Fall of Crete. Ed. Efstathiadis, Pág. 60, Atenas, 2000.Pág. 60
          .
  5. CLARK, Allan, Ibidem, Pág. 62
  6. CLARK, Allan. Ibidem, Pág. 59..
  7. CARSTAIRS, James de Mole:Escape from Crete.Ed. Society of Cretan Historical Studies, Heraklion, 2016. Pág. 171.
  8. KUNH, David. The Codebreakers. Ed. Macmillan, Nueva York, 1967.Págs. 45-89.
  9. CLARK,Allan: op cit. Pág. 78.
  10. BEEVOR, Antony. Ibidem .Pág. 213.
  11. BUCKLEY,Christopher: Greece and Crete,1941. Ed. Efstathiadis,Atenas, 2002.Pág. 233.
  12. BUCKLEY,Christopher. Ibidem. Pág. 254.
  13. BEEVOR, Antony. Ibidem. Pág. 220.
  14. BEEVOR, Antony. Ibidem. Pág. 221
  15. HADJIPATERAS, Costas y FAFALIOS, María. Crete 1941 Eyewitnessed. Ed. Efstathiadis, Atenas, 2007.Pág. 78.
  16. SKORZENY, Otto. Misiones Secretas. Los comandos alemanes durante la  II Guerra Mundial. Ed. Ojeda, Barcelona, 2005. Pág. 144.
  17. LOPEZ CORBALAN, Juan  Carlos.  ¿Creta, 1941; mitos o realidades?  Ed. Azarbe, Murcia, 2017. (En prensa).
  18. BEEVOR, Antony. Ibídem. Pág. 230.
  19. THOMAS, David A. Crete 1941, the battle at sea. Ed. Efstathiadis, Atenas, 2001. Pág.143.
  20. HADJIPATERAS, Costas y FAFALIOS, Maria.Ibídem Pág. 143.
  21. HADJIPATERAS, Costas y FAFALIOS, Maria.Ibidem Pág. 144.
  22. BEEVOR, Antony. Ibídem. Pág. 201.
  23. THOMAS, David A. Ibídem. Pág. 153.
  24. THOMAS, David A. Ibídem. Pág. 187.
  25. BEEVOR, Antony. Ibídem. Pág. 77.
  26. BEEVOR, Antony. Ibídem. Pág. 226.
  27. HADJIPATERAS, Costas y FAFALIOS, Maria.Ibídem Pág. 175.
  28. BEEVOR, Antony. Ibídem. Pág. 176..
  29. BUCKLEY, Christopher.Ibidem. Pág. 233.
  30. BEEVOR, Antony. Ibídem. Pág. 135.
  31. HADJIPATERAS, Costas y FAFALIOS, Maria.Ibídem Pág. 176.
  32. BUCKLEY, Christopher.Ibidem. Pág. 232.
  33. BEEVOR, Antony. Ibídem. Pág.242.
  34. HADJIPATERAS, Costas y FAFALIOS, Maria. Ibídem Pág. 177.
  35. HADJIPATERAS, Costas y FAFALIOS, María. Ibídem Pág. 178.
  36. Naval Staff History. Second World War.  Navals Operations in the battle of Crete (Battle Summary number 4). (20 Th May-1st June 1941). London, 1960.
  37. BEEVOR, Antony. Ibídem. Pág. 123.
  38. CLARK, Allan, Ibidem, Pág. 256.
  39. CLARK, Allan, Ibidem, Pág. 127.
  40. CLARK, Allan, Ibidem, Pág. 58.
  41. CLARK, Allan, Ibidem, Pág. 60.
  42. CLARK, Allan, Ibidem, Pág. 62.
  43. CLARK, Allan, Ibidem, Pág. 59.
  44. CARSTAIRS, James de Mole.Ibídem. Pág. 47.
  45. CLARK, Allan, Ibidem, Pág. 54.
  46. PSYCHOUNDAKIS, George. The Cretan Runner. Ed. Penguin. London, 2009.  Pág. 24.
  47. BEEVOR, Antony. Ibídem. Pág.  174.
  48. BLAU, George E. The German campaigns in the Balkans (Spring 1941). Center of military history United Sates Army Washington, D.C, 1953.  114.
  49. THOMAS, Franz. Die Eichenlaubträger 1939–1945 Band 2. Ed.  Biblio-Verlag.Osnabrück, 1998. Pág. 289 ISBN 978-3-7648-2300-9.
  50. BEEVOR,Antony.Ibídem.Pag.248.
  51. BEEVOR,Antoni. Ibidem. Pag. 499.
  52. DELA SIERRA, Luis. La Guerra Naval en el Mediterráneo.Lucha por Creta y evacuación británica de la Isla Minoica, un desafío entre la Mar y el Cielo”, Editorial Juventud (2005), p.275-292.

 

.